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Oscar Durán.- No se vaya con la de trapo. En Cuba no hay carne por ningún lado, pero si vas a la Feria Internacional ExpoCaribe 2023, en Santiago Cuba, te toparás cualquier variedad de este gustado producto en un stand de la Empresa Cárnica Vallerojo, perteneciente a la provincia Granma.
Como una forma de jugar con la desgracia del cubano, Vallerojo exhibe carne fresca de cerdo, aves y ganado vacuno; y procesada industrialmente en hamburguesas, jamones, ahumados, embutidos y mortadela, según reseña la página web del semanario La Demajagua.
El colmo del descaro lo puso Roger Diego Fernández Bodaño, director general de la Empresa Cárnica, al hablar de encadenamiento productivo, el mismo término que usó hace poco Alejandro Gil, ministro de Economía.
“La aspiración es buscar cómo encadenamos soluciones tecnológicas que nos permitan complementar y mejorar la capacidad de procesamiento y presentación de nuestros productos; buscar insumos que no están en el país, sobre todo carne de res, cerdo y pollo en diferentes formatos de presentación que pusieran ahumarse, así como componentes sobre todo de paquetería personalizada”.
Nada de lo que produce esta entidad, lo puede pagar un ciudadano de a pie. Los cubanos radicados en el extranjero son los que acceden a la plataforma digital de Vallerojo y compran sus ofertas. Bien caras, por cierto.
Sin embargo, descaradamente se paran en un stand de una feria de tres por quilo y le quieren demostrar al pueblo que en Cuba hay abundancia de carnes. Es todo lo contrario. Aunque dos o tres mamarrachos todavía le creen todas las mentiras a ese régimen totalitario, somos millones los que nos estamos encargando de desenmascarar a la dictadura más hostil de Latinoamérica.