EN ARGENTINA SÍ, PERO EN CUBA NO, ¿POR QUÉ, PRESIDENTE?

Por Abel Tablada ()

La habana.- Dice el presidente -el de Cuba- que si en Argentina salen a las calles protestanto por las injusticias, debemos apoyarlos. Que debemos construir un frente antihegemónico para que un mundo mejor sea posible.

Y yo pregunto, ¿por qué una protesta masiva en Argentina es válida y en Cuba, si un joven universitario se sienta ante el monumento de nuestro Héroe Nacional con un cartel lo detienen, le rompen los dedos y lo encarcelan por varias horas?

Para después, en los actos universitarios, recordar y venerar a José Antonio, a Mella, a Villena, que no iban solos ni llevaban solo cartelitos.

Yo apoyo las causas justas de Argentina, las protestas de todo tipo contra el genocidio al pueblo palestino, apoyo el fin de la guerra en Ucrania, estoy en contra de las detenciones y expulsiones masivas de inmigrantes en los EEUU, cual si fueran cimarrones.

Pero el gobierno cubano debe saber que muchos cubanos, incluidos profesores universitarios como yo, a la par de coincidir con parte de su política exterior y posición antiimperialista y en contra de la avanzada fascista a nivel mundial, también estamos en contra del poder hegemónico y totalitario del PCC.

Contra el miedo y el abuso

Estamos en contra de que se imponga el miedo y el abuso como arma para mantener un modelo y clase dirigente que no son ni revolucionarios, ni progresistas, ni representantes del pueblo, porque tampoco fueron elegidos.

Tiene muy perdida la batalla un gobierno que le teme a las ideas y a la manifestación pacífica de sus ciudadanos.

Así no se lucha contra el enemigo externo, no se defienden los principios, así solo se alarga una enfermedad fatal que cada día daña y duele más a todos sus órganos.

Dediquen más esfuerzos e inteligencia a que nuestra tierra, de la cual se apropiaron casi enteramente, produzca los alimentos que necesitamos.

Dediquen esfuerzos a que nuestro sol genere más energía y dediquen menos esfuerzo y salarios a mantener a un ejército de guardias civiles a la caza de jóvenes inquietos y deseosos de cambios para que de verdad un país o mundo mejor sea posible.