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El ciclo de la pobreza o cómo los huracanes convierten el daño en deterioro permanente

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Por Pedro Monreal (El Estado como tal)

La Habana.- La variable crítica más importante para la recuperación de huracanes en el Caribe ha sido el nivel preexistente de resiliencia socioeconómica medido por el indice de pobreza y por el no acceso a recursos financieros (ahorro, seguros, remesas y mecanismos de transferencias estatales rápidas).

Estudios indican que los hogares por debajo de la línea de pobreza no pudieron autofinanciar reparaciones de viviendas ni resolver la seguridad alimentaria (Puerto Rico, huracán María, 2017).

Pérdidas de viviendas no aseguradas se convirtieron en deterioro permanente de activos habitacionales. Con 90% de viviendas dañadas y solamente 10% aseguradas, 70% de la población pasó a la pobreza después del huracán María en Dominicana, en 2017.

Evidencia empírica indica que por cada 10% menor de índice de pobreza se redujo en un año la demora de la recuperación del PIB per capita en el Caribe (estudio del Banco Mundial 2024).

Alerta temprana y evacuación efectiva salva vidas, que es muy importante, pero no necesariamente restablece nivel de vida pre-desastre. Elevada pobreza preexistente y deficiente acceso financiero no evita retroceso multi anual de la pobreza posterior a desastres naturales.

Es decir, debido al empobrecimiento agravado por el ordenamiento y la desprotección financiera tendería a empeorar la situación económica y social post desastre de los hogares cubanos.

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