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¿POR QUÉ NO ABDICAN LOS CASTRO Y SU COHORTE? II

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Por Oscar Durán

La Habana.-. Después que muera Raúl Castro, no puedo asegurar quién será el mandamás de toda esa mafia. Puede estar gobernando Gerardo Hernández o el gordito de Con Filo, pero las órdenes llegarán de un apellido Castro. Eso es al seguro. El testamento aún no está hecho. Raúl se siente fuerte y quiere llegar a 120 años mandando desde su mansión en La Habana, el lugar donde le llega como cañón la señal de Radio Martí.

Así es muy fácil gobernar y demasiado difícil de abdicar. Si sacamos bien la cuenta, los cubanos ni mencionamos a Raúl, todos los golpes los recibe el bobolón de Miguel Díaz Canel, el único presidente del mundo que no gobierna. 

Después del escarmiento a Felipe Pérez Roque y a Carlos Lage, nadie se atreve a matar ni una mosca sin el consentimiento del hermano menor de Fidel Castro. Él, consciente de eso, se siente más seguro en el poder y ahora manda con los pies estirados en un sofá.

¿Usted lo vio salir el 11 de Julio? No hizo falta, para esos están sus mequetrefes. Es más, ni al Cangrejo avistamos por todo eso. Posiblemente estaban en un Cayo, disfrutando con todo el familión, incluyendo a Dalia Soto y su nieto Sandro Castro.

Y es aquí el punto a donde quiero llegar. Mientras Raúl tenga gente en el poder donde pueda maniobrarlos como si fuera el director de una obra de Guiñol, será muy difícil que renuncie. Incluso, si pierde la memoria, también seguirá mandando. Que a nadie se le olvide el ejemplo de Fidel, cuando meses antes de morirse,  hacía reflexiones donde empezaba a hablar en el primer párrafo de la moringa, y terminaba citando a Sócrates. Aún así, con esa locura, seguía mandando.

A quien sí veo embarcados es a la cúpula de abajo. No hay avión para tanta gente cuando eso se caiga. Ellos saben que el complejo Morro Cabaña los estará esperando a todos, y les haremos juicios sumarios para que vean lo que se siente. Eso vendrá.

Vuelvo y repito, Raúl no va a renunciar. De hecho, sus casas alrededor del mundo están llenas de polvo porque no es necesario mandarlas a limpiar para vivirlas. Mientras Díaz Canel y compañía continúen obedeciendo como títeres, todo estará bajo control dentro de la familia Castro. 

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