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(Tomado del muro de Facebook de Jorge Menéndez)
La Habana.- Comienza la reunión bilateral entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Después de ocho años sin celebrar ningún encuentro de este tipo y de olvidarse por completo del continente americano, la UE, que anda en búsqueda de apoyos internacionales para «su gran cruzada», la guerra de Ucrania, de pronto se acordó de que existimos.
La influencia española y portuguesa en sus antiguas colonias de América ha sido nula, y cada vez resulta más evidente que no existe interés alguno en comerciar, ni en internacionalizar empresas, o en desarrollar nuestras relaciones.
El continente americano cada vez navega más de la mano de inversiones chinas y rusas y, por ende, estos países les brindan más atención.
El presidente del Consejo Europeo, y anfitrión de la Cumbre, Charles Michel, pretendió invitar al cónclave al mandatario ucraniano, Vladímir Zelenski, con la abierta intención de hablar de la guerra y no de la cooperación Norte-Sur. Pero ya me dirán ustedes qué pinta este en la reunión, cuando no sea desvirtuar el objetivo principal del encuentro, y evadir los objetivos fundacionales de estas cumbres.
Por primera vez estoy de acuerdo con los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, que vetaron la presencia del payaso.
Quizás, ahora que dicen en La Habana que para fin de año abrirá remozado el teatro Carlos Marx, lo podrían invitar a alguna actuación.
Ante la ausencia vetada de Zelenski, Michel pretende aprobar, en una declaración conjunta, una critica dura a la intervención en Ucrania, algo que se me hace difícil de imaginar.
No solo estos son los problemas de la cumbre: existe un Tratado de Libre Comercio bloqueado por Brasil desde hace años. Dentro del Mercosur hay países que quieren abandonar ese mecanismo, que tampoco funciona entre ellos.
En fin, se me antoja que la Cumbre terminará siendo un show de reproches que no conllevará a nada. Por un lado, las antiguas colonias pretenden hacer mención a la esclavitud y el expolio a que fueron sometidos por sus metrópolis, y esto traerá roces, evidentemente.
Al final del camino, tantos recursos empleados, tanto trabajo organizativo y tanta logística, no reportarán para nuestro pueblo absolutamente nada. Esa es la realidad. Los políticos de hoy no piensan en su gente, son de medio pelo y solo miran su propio beneficio.
Unos, los europeos, están centrados en continuar con la guerra, cueste lo que cueste, para vender armas a costa de la vida de otros, y los latinoamericanos se la pasan mirándose cada uno su ombligo.
Esa es nuestra realidad. Tanta parafernalia para nada. Y mientras, Mientras Canel paseando por Portugal y bailando en Bruselas en un encuentro con los «hermanos de causa» y la diáspora cubana.