Por Pucho Oroza
Varadero.- En nuestro béisbol, varios han sido los lanzadores con el arte de ponchar, unos a base de velocidad, otros de lanzamientos de rompimiento. Se necesita mucha concentración, inteligencia en el box, dominio y repertorio. Son cuatro los lanzadores cubanos que forman parte del Club de los 220 ponches en una temporada. Cuatro elegidos en campañas increíbles, grandes entre los grandes.
El primero en lograrlo fue el gran Camilo Pascual, autor de 2167 ponches en su carrera. En la temporada de 1961, jugando para Minnesota Twins, recetó 221 ponches en 35 juegos (33 aperturas) y 252.1 entradas. Pascual es, además, el cubano con más temporadas por encima de los 200 ponches, con cuatro (1961, 1962, 1963 y 1964), incluso, tiene el récord de más ponches en un partido inaugural con 15, en la temporada 1960, vistiendo el uniforme de Washington Senators y su víctima fue el conjunto de Boston Red Sox.

El récord en MLB lo tiene el mítico Luis Tiant, el mayor ponchador cubano en Las Grandes Ligas con 2416 estrucados. En 1968, el llamado «Año del Pitcher», ponchó a 254 rivales en 258.1 innings jugando para Cleveland, esa temporada, además, marcó un registro de 21 ganados y lideró la Liga con un increíble 1.60 de PCL y los rivales le batearon para 168. Tuvo tres campañas de más de 200 stikeouts y después de 1974, cuando se empezó a medir este tipo de métricas, exhibió un por ciento de strike en sus lanzamientos de 82%.

La joya cubana de los Marlins, José Fernández, propinó 253 ponches en apenas 182.1 entradas lanzadas en 2016, para un promedio de 12.5 por cada nueve episodios. Una campaña de 16 victorias y 2.86 PCL. Su potente recta que rondaba entre las 93 y las 97 millas, con picos de hasta 100.2 millas por hora y su mortífero slider no daban margen a los rivales. En su corta carrera ponchó a 589 en en 471.1 entradas de actuación. Fue tan dominador que estrucó al 31. 2% de sus adversarios a los que se enfrentó, siendo el promedio más elevado en MLB con un mínimo de 50 aperturas.

En Series Nacionales, Maels Rodríguez, en su endiablada campaña de 2001 recetó 263 cafecitos, año en que se llevó la Triple Corona, liderando la efectividad con 1.77 , las victorias con 15 -empatado con Eliécer Montes de Oca- y los ponches. Con una recta de 100 millas y una slider mortal entre las 87-90 mph, ponchó a 1148 bateadores, para un promedio por cada nueve entradas de 11 cafecitos y unos 191.3 por campaña.
Los cuatro fueron grandes lanzadores, ponchadores por excelencia, miembros de un selecto Club sólo para elegidos. Orgullos de todo un país. Íconos desde el montículo.
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