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DÍAZ-CANEL A ARTEMISA CON LAS MANOS VACÍAS Y EL PAÍS SIN ELECTRICIDAD

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Por Anette Espinosa

La Habana.- El impuesto presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, visitará en la mañana de este jueves las áreas afectadas por el huracán Rafael en las provincias de Artemisa y Pinar del Río. Va a ir a caminar por los lugares, rodeado de un séquito de guardaespaldas y periodistas, pero nada más.

La visita -o el recorrido, como ellos suelen llamarle- será temprano, según los medios de prensa de la isla, que toman como fuente conversaciones del mandatario con los dirigentes del partido comunista en las referidas zonas, que recogieron las redes sociales, muy activas siempre, aunque para tonterías, del Hombre de la Limonada.

Huracán Rafael causa colapso del sistema eléctrico en Cuba | CNNIrá, dicen, a realizar evaluaciones más precisas sobre el terreno, y advirtió que ya comienza un nuevo proceso de recuperación, aunque esté empantanado el de los municipios guantanameros de Imías, San Antonio del Sur y Baracoa.

Es difícil entender a los que gobiernan en Cuba, pero más complicado es hacerlo con el hombre que supuestamente dirige el país, porque nunca dice cuánto va a destinar al lugar afectado, no habla de especificidades, no dicen cuántas viviendas van a construir para los que se quedan sin hogar, ni cuándo finaliza el proceso de recuperación, luego de haberse superado todas las adversidades.

No lo dice, porque eso nunca ocurre. El gobierno cubano, por años, ha dejado tiradas a miles de familia allá por donde han pasado los huracanes. Pinar del Río es la prueba más fehaciente. Y así seguirá siendo, porque no hay recursos para emprender ninguna obra. Y si los propios afectados no pueden resolver sus problemas, que no esperen que el gobierno lo vaya a hacer.

Rafael deja destrozos en Mayabeque, Artemisa y La Habana y sigue arrojando  lluvia | DIARIO DE CUBASin embargo, «la víspera, en su responsabilidad como presidente del Consejo de Defensa Nacional, Díaz-Canel presidió la reunión de ese órgano para evaluar los daños ocasionados por el huracán de gran intensidad Rafael a su paso por el occidente de Cuba», según un despacho de la agencia oficialista venida a menos Prensa Latina.

Según el referido despacho, «el jefe de Estado enfatizó en la rapidez con la cual hay que actuar en la recuperación, sobre todo en Artemisa y La Habana, donde se esperan los mayores daños por la tormenta».

Lo terrible de todo eso es que el impuesto jefe de Estado habla de rapidez en la recuperación en momentos en los cuales el Sistema Electroenergético Nacional dejó de funcionar y la totalidad de las provincias del país están sin servicio eléctrico, incluyendo muchos hospitales, donde hay personas que necesitan de auxilios todo el tiempo.

Está demostrado que el gobierno cubano es inoperante, que los dirigentes, a todas las instancias, perdieron el control de la situación casi en su totalidad, y que lo único que les interesa es mantener al pueblo controlado para evitar un estallido social definitivo.

Los cubanos recuperan sus hornillas de carbón, reliquias del Período  EspecialSin embargo, más allá de esas preocupaciones, que suelen ser urgentísimas, en la reunión del presidente, se habló de lo que ellos llaman eufemísticamente «canasta básica», una porción de alimentos ínfima, que apenas daría para un par de almuerzos mal elaborados, inferior a lo que recibían los presos en los campos de concentración nazis.

Todo eso en medio de un déficit enorme de medios para la cocción de alimentos, un mal que afecta al país desde un extremo a otro y que ha obligado a muchas familias a cocinar con leña dentro de sus propias casas, en una situación nunca vista.

Mientras ocurre todo esto, en La Habana aún llueve y habrá que esperar, como ocurre siempre, a que la ciudad comience a secar y cruzar los dedos para que los derrumbes no sean muchos, porque cada familia que pierda su vivienda irá a formar parte del ejército enorme de albergados en casas de familiares o habitáculos prestados por el gobierno, sin esperanza alguna de salir de allí.

Así amaneció Cuba este jueves: apagada, con hambre, adolorida, húmeda, y con un presidente que piensa que con ir a los lugares y caminarse junto al infame de Manuel Marrano y algún otro dirigente, resolverá los problemas.

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