Por Pedro Monreal (El Estado como tal)
La Habana.- Habiendo transcurrido siete meses de 2024, la inflación acumulada en Cuba en 2024 (18,78 por ciento) muestra un nivel muy parecido al acumulado de igual período de 2023 (19,56 por ciento), manteniéndose la estanflación a pesar de la “purga” que debió haber representado la caída de 1,9 por ciento del PIB en 2023.
Los datos más recientes de los precios al consumidor en julio indican una inflación mensual menor que el dato de junio (0,82 por ciento vs. 2,22 por ciento en junio). Pudiera ser una dinámica estacional pues algo parecido ocurrió en el verano de 2023.

En términos interanuales, la inflación oficial ha entrado desde noviembre de 2023 en una “meseta” ubicada entre 30 y 34 por ciento de crecimiento, un nivel muy alto que cuestiona el relato oficial de que se “avanza” en la estabilidad macroeconómica.
El incremento de precios de los alimentos sigue liderando el aumento general de los precios al consumidor, aunque en julio se redujo, al aumentar el impacto relativo del efecto de otra división (“restaurantes y hoteles”). Parece ser un fenómeno estacional (verano).

Al igual que en enero-junio, también en julio el aumento del precio de la carne de cerdo tuvo el mayor efecto en la división de “alimentos y bebidas no alcohólicas”. El fracaso de la política agropecuaria encarece una fuente crucial de proteína animal de origen nacional.
Los datos oficiales de julio confirman el naufragio del componente antinflacionario del paquete económico de 2024 -anunciado de manera fragmentada y de zigzagueante implementación- con un efecto sostenido de pérdida de poder adquisitivo.
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