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EL GOBIERNO, LAS MIPYMES Y LOS VAIVENES DEL MERCADO CAMBIARIO

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Por El Estado como tal ()
La Habana.- ¿Pudiera estar relacionado el creciente “ruido” alrededor de las MIPYMES y el mercado cambiario ilegal con una emergente “burguesía importadora” que amplifica distorsiones resultantes de fracasos, omisiones y mal diseño de la política económica estatal?
“Tormenta perfecta”: recesión con reducción de oferta nacional, disminuida capacidad importadora estatal, y creciente sector privado que opera en mercado ilegal de divisas que “compite” con un régimen cambiario fijo con dos tasas oficiales sobrevaluadas (1:24 y 1:120).
No es necesario hacer cavilaciones “conspirativas” (aunque ello no debería descartarse) para reconocer que el abandono de funciones estatales respecto a la política monetaria ha conducido a un movedizo mercado cambiario ilegal.
Asumiendo que las MIPYMES operan como un actor central en el mercado cambiario ilegal, pudiera intentarse imponer “un poco de orden”, si el gobierno cubano adoptase una visión con al menos dos fases: “seguir” al mercado, y “unificar” el mercado.
Esas fases admiten diversas variantes, pero el principio básico de una primera fase de “seguir” al mercado consistiría en una tasa oficial única que se ajustase periódicamente con el objetivo de mantener una desviación de 10 a 20 por ciento respecto a la tasa informal.
Una segunda fase para “unificar” el mercado consistiría en adoptar un mercado formal atractivo y funcional que desempeñase un papel determinante en la formación de la tasa de cambio del país (el fin de las tasas de cambio voluntaristas).
Algunas variantes de acciones en la fase de “seguir” al mercado pudieran ser la unificación de las tasas oficiales, una devaluación progresiva, y el reemplazo del régimen cambiario fijo por un modelo con mayor flexibilidad (hay varias opciones).
Posibles variantes de acciones en la fase para “unificar” el mercado: liberalización de controles para favorecer flujos de divisas hacia el mercado oficial, establecimiento de “bolsas” de cambio de divisas, o directamente de un mercado interbancario de cambio.
Un eventual programa con dos fases (“seguir” al mercado y “unificar” el mercado) para transformar los mercados cambiarios en Cuba tendría un alcance limitado en ausencia de transformaciones económicas mayores, pero sería superior a la algarabía cambiaria actual.
Una hipótesis para explicar un posible efecto “perturbador” de las MIPYMES en la formación de la tasa de cambio ilegal consistiría en el predominio de su segmento importador en comparación con su componente de producción interna.
Si las MIPYMES importadoras que venden en moneda nacional encuentran poca o nula competencia con productores nacionales (estatales y privados) que permite mantener/aumentar precios (o bajarlos poco), una depreciación de las divisas abarata sus costos y dispara ganancias.
En caso de que las divisas se aprecien, en un contexto de baja respuesta de oferta nacional, las MIPYMES pueden trasladar el mayor costo de sus operaciones cambiarias hacia el precio de venta en pesos -factible debido al desbalance entre oferta y demanda- y también ganan.
Pudiera ser que un “pecado original” de las MIPYMES cubanas fuese el sesgo importador de su sector más dinámico y el menor peso y restricciones de su segmento con base productiva interna. Explicaría el poco aprovechamiento práctico de las ventajas teóricas de un peso débil.
Pregunta seria: ¿alguien tiene información verificable acerca de a qué se dedica el Instituto de atención a actores no estatales subordinado al Consejo de Ministros que fue anunciado en diciembre de 2023?

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