Por Humberto Nansen Tápanes ()
La Habana.- En los tempranos años 30, en medio del ascenso de los fascismos europeos, Drieu La Rochelle, un escritor de la derecha conservadora francesa y posterior colaborador del gobierno de Vichy, viajó a Argentina con el objetivo de conocer a Borges. De este viaje y conocimiento quedó una famosa expresión de Drieu que hablabade su admiración: ‘Borges bien vale el viaje…’
Para la intelectualidad argentina, y para Borges en especial, también quedó una frase que el argentino recoge en uno de sus textos…Era la 1 de la madrugada, Borges, Drieu y otros amigos paseaban por las afueras de Buenos Aires. De repente, parado frente a la pampa, el francés, como absorto, exclama: ‘vertigo horizontal’.
Por mi parte, sentí el impacto de esa pampa, ese ‘espíritu’, el 18 de diciembre pasado. Era una tarde con 15 grados, y una lluvia fría y pertinaz. La sensación no es fácil de explicar. Tal vez la frase ‘derrumbe interior’ que escribí en esos días se acerque a lo que experimenté en ese momento, parado, solitario, frente a esa inmensidad verde y gris, fría y vacía.
La sensación de abandono y soledad es, o fue, terrible; y tiene que ver con el silencio casi total, a veces cortado, aquí o allá, por algún pájaro, o un movimiento rápido y convulso en el pasto. Después, silencio nuevamente. Es una sensación, un sobrecogimiento que ronda lo metafísico, dije en algún lugar. Lo nombra Borges, creo, en uno de sus poemas: ‘anchura que ahonda en las afueras’. Para mí, estas afueras -naturales y del ser- se relacionan con el ‘ser’, con una existencia de ese ‘ser’ al descampado.
Pero la propia relación entre esta sensación de abandono y el totalitarismo político, es una relación que me interesa más clarificar que mi propia e insignificante subjetividad, para decirlo con ironía borgeana.
Sabemos que los totalitarismos del siglo XX son variados en su origen, pero similares en sus manifestaciones.
La pregunta que me hago es: ¿qué relación existe -de existir- entre este ‘ser al descampado’ -arrojado, diría Heidegger-, y los totalitarismos acá en el sur de América? ¿Hasta qué punto este ‘ser al descampado’, que viene desde fines del siglo XX, producto del desarrollo del Capitalismo europeo, produce esa necesidad de ‘arropamiento’ en consonancia con los gobiernos totalitarios?
Y por ende, hasta que punto ese descampado existencial provoca esa necesidad total -y totalitaria- esa pulsión de querer ocuparlo todo…
En conclusión: ¿es posible establecer una ontología del totalitarismo, o de los totalitarismos políticos, partiendo del espíritu humano?
Nota: Muestro 2 fotos. El libro ‘Las pampas desiertas’ de W.H. Hudson. Como vemos, y las continuidades intelectuales son más coherentes -y contundentes- que las discontinuidades. Desde el siglo XIX, Hudson había hablado de esto: ‘la pampa produce melancolía’.
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