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Por Jorge Sotero
La Habana.- El gobierno cubano no tienes escrúpulos a la hora de culpar al bloqueo de Estados Unidos de todos los males de la isla, sobre todo de las escaseces. Para la cúpula gobernante en La Habana y sus adláteres en todo el país -incluso algunos en el extranjero-, Washington es el causante de la miseria que azota a Cuba.
Por culpa de las administraciones estadounidenses, en la isla no hay comida -léase carne, cereales, otros granos, legumbres, viandas, conservas, condimentos, azúcar, frutas o sal- ni medicamentos de ningún tipo, porque la larga mano de Estados Unidos impide comprar lo que la isla necesita. Ese es el discurso que le venden a los cubanos de adentro, y a algunos socios de fuera.
A veces da risa es cuchar la frase del presidente, el tonto de Díaz Canel, con aquello de que «quiten el bloqueo y vamos a ver a cómo tocamos», como si la gente que piensa, las personas que no son ciegas y que conocen el modo de actuar de Cuba, no supieran que sin el supuesto bloqueo sería igual: no habría nada, porque la isla es improductiva, y lo poco que producen lo destinan al turismo.
En los tiempos de mayor bonanza de la dictadura, cuando la ya desaparecida URSS le tenía una tubería con todo lo que necesitaban, en Cuba había escasez de todo, incluso de comida, y las determinaciones de los hermanos Castro iban llevando a la isla a la sima en la que se encuentra ahora, y de la cual ya no podrá salir.
Estados Unidos, eso sí, en represalia por las nacionalizaciones de empresa de ciudadanos norteamericanos, por las violaciones de los derechos humanos en la isla, por la injerencia constante de Cuba en otros países, tomó algunas determinaciones, entre esas que había que pagarles al contado lo que compraban allí, que los barcos que atracaban en La Habana y otros puertos de Cuba tenían que esperar seis meses antes de hacerlo en una rada estadounidense, o que las empresas que tuvieran negocio con Cuba no podrían hacerlo en suelo estadounidense.
Pero el embargo no ha sido tan duro, ni ha habido tal ensañamiento. Lo que pasa es que La Habana no tiene dinero. Y el que tiene, principalmente, llega por la vía de las remesas, desde el mismo país que, supuestamente, los bloquea. Algo que algunos no quieren entender.
Yo no tengo la cifra exacta de dinero que llega a Cuba cada año desde Estados Unidos por las ayudas familiares, pero apostaría a que son muchos millones más de los que genera el país. Y es cierto que Washington limitó esas cantidades en algún momento, pero igual, siguieron llegando. Y también es desde territorio norteamericano desde donde llega a Cuba la casi totalidad del pollo que se le vende a los cubanos. Incluso, cantidades considerables de medicamentos.
Y mienten Díaz Canel y su canciller, el desmejorado de Bruno Rodríguez Parrilla, cuando dicen que Estados Unidos recrudeció las medidas contra la venta de insumos farmacéuticos a Cuba cuando la pandemia, porque en esos años las ventas fueron tan altas como en las anteriores. Incluso, en 2021 y 2022 se superaron los 300 millones de dólares. Eso sí, a las empresas de Estados Unidos hay que pagarles cash, y Cuba no tiene dinero.
La entrada de divisas que tienen, la destinan a hacer hoteles, a alimentar al turismo, a mantener el estatus y las comodidades de los dirigentes, la hegemonía de la familia Castro, y no piensan en la mayoría del pueblo, que vive en la absoluta miseria y que sufre para encontrar hasta medicamentos para la tensión arterial.
Así que, si alguien va a decirle que los males de Cuba dependen del bloqueo, dígale que es mentira. Que los males de Cuba son responsabilidad del castrismo, su culpa, que su manera de actuar llevó al país donde está hoy y de donde no podrán sacarlo jamás. No tengan dudas.