Enter your email address below and subscribe to our newsletter

EL PRECIO DE LA MENTIRA

Comparte esta noticia

Por Laritza Camacho

La Habana.- La mentira es un producto sobrevalorado en Cuba. Se vende sola o como agregado en esas bolsas múltiples que vienen en celofán con lazo para días señalados.

Su presentación es diversa. Puede ser un guiño como chocolate que deja insatisfecho o el plato fuerte de cualquier reunión o evento de gran envergadura.

La mentira nos acompaña desde el nacimiento. Todos fuimos alguna vez el niño más lindo del mundo, aunque no siempre hayamos puesto los pies en el mundo real.

Hemos llegado a un punto tal donde lo negro se vende como blanco. Y viceversa; el agresor se aplaude como víctima, el ladrón se asume como empresario, y el trabajador como el bobo de la yuca.

El pan no es casabe, pero el casabe aguanta el palo. La «lucha» no es producir aunque lleva comida al hogar. Y si te mandan fulas, te haces el millonario.

La mentira se grita alto y la verdad se susurra bajito.

Lo que te den, ¡cógelo! y luego grita lo que quieren que grites pero no te atrevas a hablar.

Hablar, conversar, discutir en términos respetuosos. Poner el dedo sobre la llaga está prohibido porque la mentira usa el dedo para tapar el sol. Y eso sale caro, carísimo.

Deja un comentario