Por Manuel Viera
La Habana.- ¡Increíble! Grabar en un museo holguinero se convirtió para JuanK, un hombre que hace critica constructiva pero que también promueve el turismo, en algo temible. Ojo, no hay una sola señal que indique que no se puede hacer fotos o videos. La señora llegó a comparar el grabar en un museo con grabar dentro de su propia casa.
El objeto social de un museo es precisamente mostrar y promover historia, cultura, conocimiento, pero hay que explicarle a la señora por qué se graba en el museo. Y no es que no se pueda grabar por algún reglamento de la institucional sino que, según la funcionaria, hay que explicar para qué se graba.
Habrían tenido que explicar lo mismo si se tratase de un par de turistas canadienses detrás de ese celular o de esa cámara?.
Esto solo lo vas a ver en Cuba, donde todo es pagado por «el enemigo» y culpa del bloqueo.
Ahora saldrán los imbéciles a decir que lo grabó para hacer esto… Ahora, si la señora no se hubiese opuesto ridículamente, la grabación solo sería una grabación como la que hace cualquier turista. ¿Quién es el enemigo? ¿Quién es el artífice de lo absurdo en todo esto? ¿JuanK o la funcionaria del museo?
¿Hasta dónde se va a llevar lo ilógico, lo absurdo en este país? Lo que hace falta es dejar de gritar consignas, tenerle miedo al coco, dar falsas esperanzas y en cambio si ponerse a trabajar, a producir, a respetarnos unos a otros y dejar de comer tanta mierda.
¿A qué se le tiene miedo entonces? ¿Al enemigo imaginario, al pueblo o a la realidad?
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