
LOS FACTORES EXTERNOS INFLUYEN, PERO NO SON DETERMINANTES EN EL DESCALABRO DE LA ECONOMÍA CUBANA
Por El Estado como tal
La Habana.- Incrustar la ponderación del fracasado modelo económico cubano en un alegato de política exterior, enmascara que el diseño esencial adoptado en 2011 es impedimento para la transformación que se requiere, y cualifica de manera ligera “la situación” económica anterior a 2019.
De 2011 – momento de aprobación de las bases del “nuevo “modelo- a 2018, la economía cubana tuvo un crecimiento promedio anual de apenas 2,3%, muy alejado del rango de 4 a 5% que se estima como adecuado. No funcionaba bien.
La producción agropecuaria cubana venía declinando con anterioridad a 2019. Para una serie de productos claves, incluyendo las viandas, hortalizas, arroz, y maíz, los “picos” productivos en 2014- 2016 y luego decreció la producción.
Cuando un discurso de política exterior se convierte en “matriz” para evaluar la racionalidad de normas para la creación de MIPYMES se asume como razonable yuxtaponer una incipiente institucionalidad privada en expansión y una crisis de gestión pública (empresas estatales).
Los factores externos, incluyendo los geopolíticos, influyen, pero lo que determina hoy la “condición” de la economía cubana es la inviabilidad de un esquema de planificación centralizada, el fracaso del “ordenamiento”, y el desconcierto oficial actual en materia de política económica.