Por Fernando Clavero ()
La Habana.- La derrota de Cuba ante Polonia en la VNL mantiene en escena el tema de los cubanos que defienden en el deporte los colores de otros países, sobre todo por unas declaraciones del ahora jugador polaco Wilfredo león, otrora estrella de la escuadra nacional, quien dijo que se sentía polaco.
En las redes, sobre todo, se han enzarzado defensores y detractores del jugador. Unos defienden su posición, la de jugar a tope contra Cuba, en tanto otros creen que no debió alinear, que tenía que estar en el banquillo, por aquello de jugar contra Cuba.
Entre los diletantes, por supuesto, están las conocidas clarias, esos personajes sin información en el perfil, sin fotos incluso, y fanáticos defensores de cualquier cosa que represente a la tiranía, que salen en manadas a lanzar estiércol contra todo aquel que haya dejado a Cuba, cualquiera haya sido la causa.
Contra León la han emprendido, solo porque el chico se casó con una polaca, se fue a vivir a Varsovia, donde hizo una familia, y porque defiende a la selección de aquel país en eventos más allá de los clubes. Si se siente polaco, es justo, porque allí tiene su vida, está su familia, la tierra que lo acogió y es de buenos ser agradecidos. Es su decisión, su voluntad y su problema. Eso hay que respetarlo.
Sin embargo, para esos, los detractores, León es el malo de la película, porque es el relato que les conviene, pero se olvidan de todas las trabas que puso el gobierno cubano durante más de 55 años para impedir a los grandes talentos de deporte jugar fuera.
Los cubanos solemos tener mala memoria y ahora lo queremos ver todo desde la parte que beneficia al castrismo y sus lacayos, pero muchos cubanos, entre ellos voleibolistas de nivel mundial, como Abel Sarmientos o Iosenqui García, andan como mendigos en La Habana, después de haber malgastado sus respectivas carreras, sin premio alguno, solo por satisfacer el ego desmedido del tirano que los utilizó y luego abandonó.
A uno de esos que consideran, en las redes, que todo está bien, respondió el periodista Aliet Arzola Lima. Sus palabras no pueden ser más contundentes y acá se las dejamos:
«Triste es seguir hablando de himno y bandera a conveniencia. ¿Por qué no hablaron de himno y bandera cuando todavía se podía buscar a León para que regresara a jugar con Cuba y no lo hicieron por soberbia, por defender leyendas absurdas y obsoletas? Cuba (su gobierno) prácticamente criminalizó a atletas que lo único que hicieron fue emigrar, lo más normal del mundo.
«En esa lista está León, Juantorena, Leal y hasta el mismo Simón, el único que aguantó y aguantó hasta que su país le volviera a abrir las puertas.
«Para empezar, habría que analizar por qué le cerramos las puertas durante tantos años. El gobierno criminalizó el profesionalismo y hoy casi mendigan contratos en cualquier lugar y el cualquier circunstancia.
«Hoy los atletas cubanos no son mercancía porque dan dinero, pero antes no. La doble moral en su máxima expresión. Vergüenza debería darle el daño que han hecho. Los primeros que se han cagado en el himno, en la bandera y sobre todo, en EL PUEBLO, son los que por 60 y pico de años han tomado las decisiones en este país».
Mejor dicho, imposible.
