Por José Walter Mondelo ()
La Habana.- La Ley de Comunicación y su Reglamento se han publicado. Ya no hay justificación para el secretismo, la improbidad y, menos, para la autocensura periodística. Ya no puede un Primer Secretario de un municipio decretar: «Esto no es para la prensa». ¿O sí puede?
¿Algún periodista de los medios públicos nacionales le va a solicitar a la dirección del país que explique, con datos y argumentos, por qué invertimos en los últimos veinte años varias veces más en inmobiliarias que en la agricultura, la industria azucarera y la producción de energías?
Ahora, incluso, el director de cualquier medio público pudiera demandar judicialmente a la entidad, dirigente o funcionario que no responda.
¿Preguntarán o no preguntarán?
Deberían comenzar por preguntar los del periódico Granma, La Mesa Redonda, Cubadebate, el Sistema Informativo de la Televisión Cubana. Nada convencería más que el ejemplo y la coherencia, a los que creen -creemos, porque me incluyo- que aprobamos leyes para cumplirlas sólo cuando le conviene a la burocracia estatal y partidista.
Pero me gustaría que preguntaran, obtuvieran una respuesta convincente acerca de la política de inversiones, y me dejaran en ridículo…. ¡Arriba, mi gente del gremio: ¡¿quién se anima?!
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