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Por Manuel García Verdecia ()
La Habana.- En estos días oigo noticias referentes a movimientos de cuadros directivos de nuestro país. Obviamente sé que nada es permanente y que siempre hay que hacer reajustes para buscar desempeños mejores.
No obstante, al ver los procedimientos y las fundamentaciones que se exponen, uno no deja de preguntarse sobre el peso que tiene el pueblo (sobre el cual deriva la soberanía según la Constitución) en estas acciones.
Han sido sustituidos varios Primeros Secretarios del Partido en algunas provincias. Sin embargo no queda notoriamente claro el motivo del reemplazo. Además hay dos notas que son constantes. La primera es que se les reconoce el esfuerzo y la labor realizada.
Entonces, uno se pregunta la causa del cambio, si hay un trabajo destacable. La otra expresión constante es que pasan a desempeñar otras funciones, lo cual quiere decir que continúan en la dirección del Partido o el gobierno. Esto nos hace pensar que entonces aun mantienen condiciones para dirigir, solo que otras tareas. Luego, se hace más incógnita la razón del movimiento.
La otra noticia que se anuncia es el proceso de elección de los gobernadores provinciales. Se explica que estos se elegirán en Asambleas a propuestas del Presidente de la Republica. Ya lo había dicho durante la discusión del anteproyecto de Constitución: todos los cargos del país debían resultar de la elección por el pueblo. Ese es el verdadero reconocimiento a la voluntad del pueblo. No puede ser que, en un ‟… Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos…“, como lo expresa el preámbulo de la Constitución, los ciudadanos no puedan elegir directamente a quienes deben representar, responder por y hacer cumplir sus intereses.
Esto no es una elección sino una designación. Es algo que debemos subsanar para que, con mayor participación e inclusividad, haya una mejor administración de nuestros asuntos y bienes.