(Tomado del Facebook de Joel Pérez Soto)
En las imágenes aparecen dos ejecuciones por vil garrote, la primera de ellas acontecida en el Castillo del Príncipe, la que tomamos de Facebook y la segunda fue ejecutada en la antigua Cárcel de San Juan de los Remedios.
Para los amantes de la historia les referiremos algunos datos que tomamos prestados y que están relacionados con la temática.
El garrote como instrumento de ejecución data de la República romana. Se tiene como referencia que se aplicó por vez primera una tras ser sofocada la segunda rebelión de Catilina, aplicandósele a Publio Cornelio Léntulo Sura, junto a otros conspiradores.
El adjetivo «vil» deriva del sistema de leyes estamentales en el medioevo. Por una cuestión simbólica, la decapitación con espada se consideraba reservada a la nobleza. En cambio, para la «plebe» se mantenía la ejecución «vulgar» mediante «garrote».
En España, se comienza a emplear de forma legal a partir de 1820 y estuvo vigente hasta la abolición total de la pena de muerte aprobada por la Constitución de 1978.
También se usó en los territorios españoles de ultramar, como Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
En San Juan de los Remedios existen referencias de este tipo de ejecuciones, las que quedaron plasmadas en las “Cosas de Remedios” de Facundo Ramos de la manera siguiente:
«Por el año de 1892 y a tres leguas de esta ciudad ocurrió un célebre crimen en un sitio de campo. Unos amores adulterinos dicen que fueron la causa de todo. La víctima fue un respetable anciano.Con motivo de la causa que se instruyó al efecto fueron condenados a la última pena tres individuos. Uno de ellos murió en la Cárcel antes de cumplirse la sentencia.
Los otros dos, el blanco José Milián y el negro Manuel de Jesús Cepeda (alias) Sagua, fueron agarrotados en esta ciudad y en las afueras de Cárcel a las 8 de la mañana del 23 de mayo de 1893. Para su ejecución hubo necesidad de que viniera a Remedios desde la Habana el Verdugo Valentín.»
Pero el caso más notable acontecido en nuestra villa, es referenciado por el historiador José A. Martínez-Fortún en sus Anales y Efemérides de la manera siguiente:
«El negro Nicanor Flores es llevado a cumplir su condena de muerte en vil garrote, por matar a machetazos a la mestiza conocida como la China Bonilla, pues esta le robó el dinero que tenía ahorrado para comprar su libertad. El día señalado se presentó el verdugo Valentín Infante, y le dio tres vueltas a la palanca, sin ocasionar la muerte del reo pues el aparato estaba descompuesto, lo curioso es que 5 días después el verdugo muere a consecuencia de padecer de una tuberculosis y al condenado se le solicita su indulto, existen varias versiones sobre su final, que si fue a cumplir prisión al África, que si murió meses después en la villa a consecuencia del trauma ocasionado en su cuello por el aparato de ejecución, pero nada comprobado.»
Otros ejemplos parecidos al de Nicanor son los siguientes:
En Pinar del Río, estaba señalada la ejecución de Ignacio Corrales, como autor de un delito de asesinato, para el día 22 de septiembre de 1849. La noche anterior el verdugo que había ido de la Habana, padeció de ataques nerviosos y delirio, ahorcándose en la propia cárcel. No faltaron sospechas de que hubo asesinato y no suicidio, por lo que se dispuso el fusilamiento para no suspender la ejecución.
Otro caso acontece con los patriotas Joaquín de Agüero, Tomás Betancourt, Fernando de Zayas y Miguel Benavides, quienes fueron condenado por el intento revolucionario de 1851. La víspera del día de la ejecución, fijada para el 12 de agosto, los amigos de tan insignes cubanos, para demorar la ejecución envenenaron al verdugo. Treta que no resultó, pues el gobernador militar general Lamery dispuso que fueran fusilados; lo que fue ejecutado a las seis de la mañana de dicho día, en la Sábana de Méndez.El 28 agosto de 1866, al irse a ejecutar por homicidio en Manzanillo al reo Jacobo Antonio Tamayo, el garrote no funcionó bien, y en el acto se le hicieron tres disparos de fusil, que le produjeron la muerte.
En Santa Clara también se efectuaron este tipo de condenas, aunque trascurrieron sin los percances narrados anteriormente; se sabe que el 12 de diciembre de 1890 fueron ejecutados Guillermo Pérez y Valentín González.
En Cuba la ejecución por vil garrote se comienza a emplear a partir del 24 de enero de 1813, sustituyendo al ahorcamiento, y aunque fue abolido en 1924, dos años más tarde lo retoma Gerardo Machado, cuando hizo agarrotar a Salvador Aguilera, a este le siguieron otras 13 personas a lo largo de su mandato presidencial. Por suerte, o por caridad, durante 1929 se emplea por última vez esta infernal máquina.
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