Por Esteban Fernández Roig Jr.
Miami.- Está columna no es cubana hoy, se trata de un cubano recordando a extranjeros que hicieron muy feliz su niñez.
¡Con cuanto cariño recuerdo a los peloteros Rocky Nelson, el “rifleman” Chuck Connors, “Vinagre” Mizell y el manager Bobby Bragan!
Disfrutaba de tres programas: Perry Mason con Raymond Burr, Patrulla de Caminos con Broderick Crawford, y I love Lucy.
Desesperado, esperando que llegara la hora de encender el televisor y ver a mis payasos favoritos: Gaby, Fofó y Miliki.
Tres mujeres me encantaban: Sarita Montiel, María Félix y Brigitte Bardot. Quería ser corredor de autos como Juan Manuel Fangio.
Iba al cine Ayala para ver a Miguel Aceves Mejias, a Cantinflas, Tin Tan y Resortes.
Pensaba que un día sería cowboy como Cisco Kid, Hopalong Cassidy, Tim McCoy, Tom Mix, y el Llanero Solitario.
Dos perros me alegraban la vida: Lassie y Rin Tin Tin, y me encantaba el caballo Trigger de Roy Rogers.
Quería parecerme a Elvis, a Pedro Infante, Jorge Negrete, a Cary Grant y sobre todo a Alain Delon.
Me reía viendo a Pedrito Rico cantando La Perrita Pekinesa. Tremendo placer escuchar a Lucho Gatica con su “Reloj no marques las horas”.
Muchísimo afecto todavía siento por el argentino Pepe Biondi preguntando: “¿Dónde me pongo?”
¡Como me gustaba la canción “El Negrito del Batey” entonada por el dominicano Alberto Beltrán!
Fea era “Vitola”, pero comiquísima, y enamorado estaba de las caderas de “Tongolele”.
Tremendo placer escuchar a los Chavales de España , el Trío Los Panchos y a Bill Haley y sus Cometas haciéndome bailar “Al compás del Reloj” en el mismo Teatro Campoamor.
Sin olvidar jamás a Nathaniel Adams Coles, más conocido como “Nat King Coles” cantándonos desde el Tropicana: Siempre en su casa presente está, EL BODEGUERO y el chachachá, Vete a la esquina y lo verás, Y atento siempre te servirá
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