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Por Jorge Sotero
La Habana.- Una ola de violencia corroe a Cuba. Feminicidios a un ritmo acelerado, robos, asesinatos, personas apuñaladas o macheteadas solo para robarles un caballo o un celular, y los medios del gobierno hacen silencio cómplice para que el supuesto paraíso turístico no se vaya a ver afectado.
El último de los casos, el de un joven de apenas 16 años, a quien le dieron un machetazo en la cabeza para robarle un celular Huawei, ocurrió en el poblado de San Germán, en la provincia de Holguín. La víctima, Léster Dominguez Ortiz, se encuentra en terapia intensiva en un hospital, y el victimario sigue sin ser identificado, al menos hasta el momento, y eso que los hechos ocurrieron en la medianoche del martes.
Unos días antes, en el parque del municipio de Guisa, en la provincia de Granma, fue atacado con un cuchillo el joven William Arévalo Aday, quien falleció, entre otras cosas, porque más de dos horas después aún no había llegado una ambulancia para trasladarlo a un hospital.
Todo eso en medio del aumento constante de los casos de feminicidio, cuyo último episodio ocurrió en el poblado de Pesquería, en el municipio de Baraguá, en Ciego de Ávila, donde un hombre asesinó a su expareja, madre de un adolescente de 14 años de edad, según el Observatorio de Género de la revista Alas Tensas.
Darisleni Fuentes Infante, de 32 años, constituyó el caso número 19 de feminicidio en lo que va de año en Cuba, cuando aún no ha terminado el tercer mes, una cifra que hace pensar en que los 34 casos del año anterior podrían ser duplicados, todo eso en medio de un silencio cómplice del gobierno, que se hace el que no se ha enterado de nada, y solo piensa en la farsa electoral del próximo domingo.
El silencio de las autoridades, de los medios gubernamentales, siempre deja resquicios por donde se cuelan las voces opositoras para dar a conocer los hechos, como el sucedido a mediados de marzo en la ciudad de Trinidad, en Sancti Spíritus, donde fue asesinada una joven madre de dos niños, uno de ellos de apenas unos meses de nacido.
Los testaferros de la familia Castro y todos esos que los ayudan a mantener un férreo control sobre lo que se publica en Cuba, creen que si los medios no dicen nada, el turismo seguirá llegando a la isla, la única vía que tienen, además de las remesas y la contratación de médicos, para obtener dinero.
Estoy convencido de que ningún medio afín al castrismo, que son todos, publicará jamás sobre los feminicidios, o los asaltos a mano armada para robar joyas, celulares o caballos, lo cual se está convirtiendo en habitual, pero al menos algo deberían hacer. Entre otras cosas, podrían sacar de los cuarteles a su ineficiente y corrupta fuerza policial y ponerla a proteger al pueblo.
Aunque todos sabemos que la policía y la policía política solo son eficientes cuando se trata de delitos contra a revolución. En esos casos sí aparecen los medios, las técnicas, y entonces encuentran al culpable, y hasta consiguen que un tribunal cualquiera lo condene a penas durísimas.
La escasez que vive Cuba es el caldo de cultivo ideal para el auge de la delincuencia y de la criminalidad, pero para los gobernantes todo está bien, somos la envidia del mundo y no hay motivos de preocupación, por más que el país se esté cayendo a pedazos.