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Por Mkc Cerralvo ()
Santa Clara.- Tuve corriente y pude ver la mesa redonda, hasta donde mi estómago soportó. No sé por qué no me extrañó cuando se aclaró, más de una vez, que el único culpable de la crisis energética cubana es el BLOQUEO.
No se mencionó, aunque fuera en un pequeño por ciento, ni siquiera se insinuó, otro culpable.
Inmediatamente me dio una pena con los soviéticos, que no tuvieron un bloqueo a quien culpar por Chernóbil.
Lo otro que se aclaró fue que los trabajadores de la Unión Eléctrica constantemente se sacrifican. Trabajan en condiciones fuertes, viven en constante esfuerzo y, sobre todo, son bien atendidos por el gobierno.
La realidad es que todo esto es insuficiente. No se resuelve el problema. Y me pregunto: ¿Qué harán los trabajadores de las empresas de energías en países donde no hay apagones? ¿Se arrancarán el corazón, se quitarán la vida por la electricidad…?
Después de tanta retórica y demagogia eléctrica, dedicaron parte del programa a hacer historia de todo lo que se ha hecho en cada etapa revolucionaria. Por supuesto, ha sido lo correcto, y siempre se ha priorizado el sector eléctrico.
Sigo preguntándome: ¿Si esto es así, ¿cómo no salimos de una crisis de apagón a otra, durante décadas…?
Y el estómago no pudo más y tuve que tomar un Omeprazol. Esto ocurrió cuando se dijo que las acciones que hace Cuba hoy son vanguardia en el mundo. Somos ejemplos en cuanto a la producción energética, incluso para países desarrollados.
En mi opinión, si coincido en algo con los “señores” de la Mesa redonda, es que hay un único culpable. Y para mí no es el famoso bloqueo, es la pésima gestión de gobierno” durante tantas décadas.
Tomando medidas erróneas, haciendo a menudo lo más contraproducente. Se obvia la necesaria y real inversión en el sector. Como en todo lo demás, se prioriza siempre lo “Ideológico”, por encima de lo “económico”, lo “político” e incluso de lo “social”.
La muestra no solo es a dónde nos ha llevado la crisis eléctrica en nuestro país. Esto se puede extrapolar a todos los sectores: a la producción de azúcar, a la agricultura, a la industria, al turismo, al transporte, a la salud, la educación, la sociedad, y a todo en lo que ha podido decidir el Gobierno.
Lo peor para mí es que esto no se asume ni se revierte. No se hace lo que hay que hacer de una vez, y se sigue culpando al bloqueo y a cualquier agente externo. Esto sucede siempre que no se culpa nunca a los decisores de acá.
Mientras tanto, se priorizan marchas, actos, visitas, congresos, eventos, y todo lo que trata de esconder, y nunca resuelve la realidad cubana.
Por consiguiente, no se acaba de cambiar “lo que de verdad debe ser cambiado”
Mis conclusiones: ¡Hay APAGÓN pa’ rato!