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¡CUIDADO! NO SOMOS COMO LA DICTADURA

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Por Albert Fonse ()

Lo que vimos no fue un grupo de cubanos desmontando los argumentos de la dictadura, ni desmintiendo a una vocera del régimen con verdades. Fue un acto de repudio, con la misma vulgaridad, el mismo descontrol y el mismo estilo que usa la dictadura para perseguir a quienes piensan distinto.

Gritadera. Malas palabras. Frases vulgares como “peste a b…o” y “sing…”. Insultos que no desarman a nadie, no denuncian nada y no despiertan conciencia en el mundo. Solo replican el mismo lenguaje sucio, violento y vulgar que se vive en un acto de repudio castrista. Solo que con los papeles invertidos.

¿De qué sirvió ese momento? ¿Quién lo vio y entendió la verdad de Cuba? Nadie. El contenido se perdió entre la chusmería. A ojos de cualquier extranjero, lo que queda es un grupo de cubanos alterados atacando a una mujer. Mientras gritábamos, dejamos pasar la oportunidad de decirle en su cara lo que más les duele: los presos políticos, la censura, la prostitución infantil, la miseria, el exilio forzado, los apagones, la falta de medicinas, la ruina total del socialismo cubano.

Ver vídeo: (https://www.facebook.com/100010688118976/videos/pcb.2442660349433545/1708882773331696)

Eso es lo que había que echarle en cara. Pero no se dijo nada. Ahora ese video puede ser usado por la propia dictadura como propaganda para decir: “Miren el odio del exilio.” Ellos son expertos en victimizarse y manipular.

Que quede claro: no estoy juzgando a nadie como persona, ni cuestionando su vida como activista. Sé que quienes estaban ahí son patriotas que han hecho mucho por la causa. Esta reflexión es exclusivamente sobre lo que se dijo y se hizo en ese video. Mi desacuerdo es con el acto, no con los individuos.

No somos ellos

Yo mismo fui mal hablado. Están ahí mis primeros videos llenos de malas palabras. Pero aprendí. Cuando elevas tu mensaje, también elevas su alcance. Si hablas con firmeza pero con inteligencia, el mundo te escucha. Cuando insultas, te cancelan.

Tengo más motivos que muchos para haberle gritado. Esa muchacha ha mentido sobre mí en su programa, ha intentado ridiculizarme, burlarse de mi activismo. Pero no se trata de lo que me provoque ella. Se trata de lo que yo quiero provocar en los demás. No busco escándalo. Busco conciencia.

Si vamos a enfrentar a los voceros del régimen, vayamos preparados. Con datos, con preguntas, con verdades como puños. Que el mundo vea la doble moral que representan. Que tiemblen, no por nuestros gritos, sino por nuestras razones.

El exilio no puede parecerse a la dictadura. Nosotros no hacemos actos de repudio. Nosotros hacemos historia.

No somos como ellos. Ellos gritan, nosotros argumentamos. También ellos humillan, nosotros denunciamos. Ellos repiten eslóganes, nosotros tenemos razones. No desperdiciemos las oportunidades que tenemos para dejarlos en evidencia con altura. No bajemos al lodo del que decimos querer salir.

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