
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Víctor ovidio Artiles ()
Caibarién.- Hay días buenos, días malos y días como el de hoy. No entro al inventario para no amargarlos. He sido víctima de la más cruel de las torturas.
En jornadas así tiendo a decir que me tienen hasta mi órgano reproductor pero lo de hoy ha sido peor.
El nivel de machucadera por culpa de la incapacidad, la apatía y la anormalidad, me han llevado a sentir los efectos de una penescopía, realizada por residentes de Urología con dos meses de experiencia.
Algo mal debo haber hecho en mi vida anterior. He llegado a creer que fui algún despiadado Obergruppenführer de las Schutzstaffel para merecer tanto castigo.
El colofón ha sido la banda sonora de mis movimientos en guaguas que han hecho apología al mal gusto, desde los peores temas norteños, al mejor estilo «música de caballitos» hasta el recién enarbolado Género Nacional, el Reparto.
Debo agregar que con este castigo adicional, es como si en lugar de ácido acético para la penescopía, me hubiesen trabajado con ácido clorhídrico.