Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Félix Alexis Correa Álvarez ()

Santa Clara.- Hoy quiero hablar como lo que soy: una persona trabajadora, productiva, con buena solvencia económica… y que anda arranca’o.

Sí, así mismo, arranca’o en buen cubano. Porque aunque mi dinero está, no puedo acceder a él. Tenerlo en una tarjeta no significa poder usarlo cuando lo necesito. Porque sacar efectivo en este país se ha convertido en una especie de yincana absurda, agotadora y, francamente, desesperante.

Gracias al servicio de Caja Extra, he logrado resolver en más de una ocasión, pero ni siquiera eso es solución definitiva: la disponibilidad de efectivo en las bodegas, mercados u otros establecimientos es un volado.

En los cajeros ya ni soñar con extraer dinero: están, malamente, para consultar saldo o hacer transferencias… y para eso tengo Transfermóvil, ¿entonces?

Y cuando milagrosamente hay dinero, las colas son kilométricas, y por si fuera poco, no siempre las denominaciones de los billetes permiten hacer una extracción útil. Hoy mismo fui al banco de mi pueblo. ¿Resultado? Pude sacar 2000 pesos… en billetes de 5. Dinero que cuando compre las papas esta tarde, ya se fue. Y ojo: ¡muchos lugares ni siquiera quieren aceptar esos billetes! Pero el banco, que apenas puede trabajar por los constantes apagones, es lo único que tiene para darte.

El comercio electrónico funciona para ciertos pagos y en algunos comercios (estatales o privados), pero no nos engañemos: el efectivo en la billetera sigue siendo necesario. Y mientras sigamos atrapados en esta lógica disfuncional, seguiremos teniendo la amarga sensación de que ni siquiera somos dueños de nuestro propio dinero.

Esto no es un simple problema técnico. Es una falta de respeto. Es un síntoma grave de un sistema económico en crisis total. Y lo peor: es una realidad que no nos merecemos.

Deja un comentario