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LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTO (XLV)

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- La foto corresponde al complejo arrocero Los Palacios, en la provincia de Pinar del Río, y el hombre que aparece en la misma es el embajador de Vietnam en Cuba, Le Quang Long, quien visitó el lugar la víspera para observar la marcha de la cooperación entre empresas de su país y Cuba en la producción del referido cereal.

Desde tiempos inmemoriales, Vietnam dona a Cuba 30 mil toneladas de arroz al año. Esa cantidad representa 66 millones 120 mil libras, que si se dividen en 10 millones de personas, las que dicen los que gobiernan que tiene la isla y que son menos, equivalen a lo que les vendían a los habitantes durante un mes.

Quiere decir que los vietnamitas, que aún agradecen al gobierno cubano el apoyo moral que les dio Fidel Castro cuando la guerra contra Estados Unidos, costean, donan, o facilitan, la cuota de arroz de un mes. Aunque eso de cinco, seis o siete libras por la libreta de racionamiento era antes. Ahora ya no hay arroz y si acaso venden dos libras al mes por la referida cuota y el resto a buscarla en el mercado habitual, hasta a 300 pesos la libra.

En las tiendas en divisas, el kilo puede superar los cuatro dólares.

Puede ser una imagen de 4 personasTal vez los vietnamitas hayan decidido que era mejor, y más barato -supongo- producir arroz en Cuba que hacerlo allá, luego alquiler un barco y mandarlo a La Habana, con lo caro que están los fletes.

Los vietnamitas saben. Cuando terminó la guerra el país estaba destruido y ahora mismo, pese al partido comunista que gobierna, decide y controla, tienen una economía floreciente, al extremo de que están entre los primeros productores de arroz del mundo, y entre los tres primeros de café.

Aquello de que no me regales los peces, sino enséñame a pescar, puede ser un buen ejemplo para la deteriorada agricultura cubana, incapaz de producir absolutamente nada, sobre todo arroz, que necesita maquinaria, combustible hasta para los aviones que riegan, fertilizantes, y de nuevo mucho combustible para la cosecha y secado del producto final.

Puede ser una imagen de 4 personas y cosechadoraEn Vietnam insisten en un gobierno comunista, pero los que estuvieron al frente de aquel país se abrieron a la economía de mercado. La economía va por otro lado y los dirigentes apelaron a aquel proverbio que heredaron de sus abuelos: «hay que abrir las puertas, y no importa que entren bichos, porque también entrará la brisa».

En Cuba jamás abrieron nada. Porque Fidel Castro y su hermano siempre tuvieron claro que necesitaban a un pueblo pobre para mantenerlo sometido, al más puro estilo de la gallina que desplumó Stalin para demostrar que vendría a refugiarse entre sus piernas.

La foto es solo una justificación para comparar cómo le va a Vietnam, que a principios de los años 70 estaba en ruinas, tras una guerra devastadora, y Cuba, que era floreciente en los 50, hasta que llegó la mayor plaga que ha azotado a un país del mundo en los últimos 200 años, el castrismo.

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