Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- Dos mujeres, dos artistas de teatro, hallan un archivo familiar en un basurero de La Habana. Contenía cientos y cientos de fotos desechadas de varias generaciones de una familia. Empezaría entonces otra historia, en la cual esa memoria, ahora custodiada, y abonada por la sensibilidad artística, daría nuevos frutos.
Dos años después, el grupo de teatro El ciervo encantado presenta «La célula fundamental». Dirigida por Nelda Castillo, la obra es un performance que hilvana literatura, fotografía y video, y que ganó merecidamente uno de los premios de la crítica.

Las fotos encontradas por Nelda y Mariela Brito van siendo descubiertas ante los ojos de los espectadores a partir de los conmovedores textos poéticos de Khaterine Perzant, en la bella voz de su autora.
Nelda, Mariela, Khaterine, logran una obra conmovedora, donde se alzan voces que hablan de desarraigo, separación, añoranza, tristeza, éxodo. Son voces que trascienden a la familia de las fotos para develar a una familia mayor: la Nación cubana.


Este fin de semana la obra se representó en el matancero Teatro Mirón. Mi estimado amigo Jorge de Mello, que la vio en La Habana, me la recomendó con estas palabras: «Hay un momento en el performance en el cual Mariela lee una carta que resulta una dolorosa declaración o confesión de cubanía, termina diciendo: «Ya está servida la mesa. A esta casa solo le hace falta una buena limpieza para volver a recibir.» A mí se me humedecieron los ojos. Pensé que era una flojera o una sensibilería exagerada de mi parte, pero de pronto sentí un sonido a mi lado y se trataba de un joven que se enjugaba las lágrimas con las manos, entonces miré a la fila de butacas y me dí cuenta que otras personas en el teatro lloraban también.
Al final las actrices reciben al público en el escenario para intercambiar o abrazarlos. Ojalá puedas conocer a Mariela y a Nelda, son dos mujeres extraordinarias, talentosas y dignas, dos artistas de estirpe mambisa».
Jorge tenía razón. Lloré con las palabras de Mariela, y la ovación final en la pequeña sala dejó claro que el mensaje llegó muy profundo.
Y sí, Mariela y Nelda, matanceras ambas por cierto, son mujeres maravillosas y sensibles a quienes tuve el tremendo gusto de saludar hoy.
Gracias a El ciervo encantado por esta obra. Por su obra.
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