Por Manuel Viera ()
La Habana.- Eran cerca de las cinco de la mañana, me había quedado sin sueño y me puse a escribir. Luego de haber publicado algo, me llegó un mensaje de una claria insomne que decía ser artista. A todas luces algún príncipe marxista oculto.
El mensaje decia: «usted debe ser una persona que se quiere mucho a sí mismo porque es horrible y no para de poner su cara a cada cosa que publica. Debe tener un ego enorme.»
Si no fuera porque realmente no tengo vergüenza, se me habría bajado la autoestima y no hubiese ido a entrenar las dos horas que entreno a diario. ¡Pero por ahí no es!
Hace muchos años pongo cara y fecha a casi cada cosa que publico. Y lo hago, no por ego, sino porque del otro lado de lo que defiendo solo hay gente intentando defender ideas muy dudosas y apenas sin argumentos detrás de muñequitos y nombres de libros de cuentos.
Lo hago porque vivo convencido de que para defender una verdad no hay que esconderse y es algo que todos debemos aprender.
Y lo que más les va a molestar a esos avatars de nombres cómicos y abundantes errores ortográficos que provocan risa es que lo seguiré haciendo siempre con un amor propio y una autoestima enormes.
Al carajo el ego y que viva la verdad sin miedo! A cara pelá’!
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