La Habana.- Por muy jodido que esté cualquiera, esa línea divisoria entre el año en que está, y tú, le hace tener esperanzas y fundar planes.
Hay quienes en tu proximidad más próxima, ni eso, porque de tanto alcohol, no ven ni la línea, a menudo ni recuerdan porqué están bebiendo. El pretexto arranca la caravana tragos y ya entrado tu enero hay que cortarles el suministro y traerlos de regreso al planeta. Esos no están tan jodidos, obvio. Jodidos están los que queriendo meterse esa ráfaga, no llegan ni al mareo festivo.
Ya me disgregué, retomo. No, perdón, si «retomo», vuelvo al segundo párrafo. Mejor «prosigo con el tema inicial».
Para mí desde chama, el brinquito de 31 de diciembre a enero uno, siempre ha sido medio raro, una especie de ruptura, de hito detrás del cual es casi imposible mirar. Me he dado la autoterapia que no puedes imaginarte diciéndome a mí mismo que más categóricos son los cambios de domingos a lunes, ahí hay más qué pensar. Pero no, no hay quien me quite la rara sensación de semidiotez cronológica respecto a tu llegada.
He tenido fines de años de todos tipos. Desde los tranquilos, sosegados y autovacacionales, hasta los igualmente sosegados, pero aburridos y abuliosos; pasando por los trepidantes en los que, de tanto evento apurruñao entre un año y otro, ni cuenta me he dado de los días. Como en el caso de los borrachos, pero sin alcohol. Vivir más de sesenta veces la experiencia y pasar por todos los estados económicos y laborales, permite eso: tener manera de apreciar con justeza, de tener tamaño de bola. Estados comparativos le llaman los sesospesados.
Este sin dudas es el peor, aunque reconozco que pudiera ser más malo. El tener la edad de la que hablaba antes, me ha enseñado que nunca se está que «peor imposible» ¡Mentira! Si te golpeó un auto, se dio a la fuga, no hay nadie cerca, te quedaste sin batería en el móvil, y llueve… siempre existe la posibilidad de que además, te tires un peo y te cagues, por poner un ejemplo. Siempre hay manera de estar más mal. Te lo aseguro.
Este ha sido mi peor año por varias razones, tanto desde el punto de vista personal, es decir, a escala de individuo, como social. Viendo que la crisis económica que hay en todo el mundo aquí alcanza ribetes de locura y que no se perfila un rumbito que majomeno me dé una esperanza de que va y este año con esta medida y con la otra «tu va a ver que sí»… Es duro. Si a eso le sumas un profundo desamparo textil, alimentario y de dinero… Vaya no es por ná… Lo único que me falta es el peo.
Sin embargo no por ello dejo de trabajar, de escribir, de fundar, de planear. Vivir es eso: moverte. Otra cosa sería sobrevivir en modo crustáceo, y ya la vida es muy corta pa meter pausa y ponerse a hibernar.
De manera que voy pa tí como siempre: «a comerte con papa» (y no niego que tener papas es uno de mis objetivos). Así que prepárate tú, que lo que soy yo… ya estoy preparao. Solo hace falta que en vez de darte yo la bienvenida a tí, seas tú quien me la des.
Post Views: 115