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LA ZAGA: CICLONES CON NOMBRE RAFAEL
Por Luis Enrique Ramos ()
La Habana.- Rafael trae un peligro potencial al occidente cubano. Si desafortunadamente nos golpeara con intensidad de huracán, se convertiría en el tercero de ese nombre en nuestra historia.
El primero fue la Tormenta de San Rafael, que el 24 de octubre de 1692 azotó duramente a La Habana y otras comarcas del occidente. Las descripciones aluden a una tempestad de gran violencia que, entre otros estragos, destruyó la primera iglesia de Nuestra Señora de Regla.
Poco más de un siglo después, en la misma fecha de 1796, la Capital y sus inmediaciones fueron sacudidas por la Tormenta Segunda de San Rafael, que dejó cinco barcos hundidos y un número indeterminado de desaparecidos.
Rafael, santo y arcángel, era celebrado por los católicos cada 24 de octubre, de ahí su transnominación a los ciclones concurrentes con la fecha.
Más allá del Caribe, era el protector de los marinos, y en un relieve ornamental, en Venecia, puede leerse la leyenda «Efficia fretum quietum», equivalente a la súplica: “Mantén el golfo en calma”.
A partir de lo anterior, esperemos que Rafael no replique en 2024 la enorme destrucción que siglos atrás dejaron en Cuba las dos tormentas que llevaron su nombre.
(Luis Enrique Ramos es historiador de la meteorología en Cuba)
