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Por Alden González Díaz ()
Santiago de Cuba.- La desinformación es una característica demasiado determinante en nuestro ecosistema musical. Desinformación que se manifiesta de diversas formas y que en una de sus ramificaciones hace que sea imposible tener certeza científica sobre los hábitos de consumo de música del cubano en sentido general.
Por lo tanto esta perspectiva que la cotidianidad me ha hecho tener para nada tiene rigor científico, pero Facebook permite pensar en voz alta (de hecho me pregunta qué estoy pensando) y realmente a mí me da la impresión de que los adolescentes cubanos actuales consideran que la timba es música de viejos.
Si eso es con la timba, el último género popular cubano tocado que tuvo incidencia masiva en la juventud cubana, ni nos imaginemos lo que piensan los adolescentes cubanos del son o el bolero. Pero en gran medida los padres, los maestros y los entornos infantiles de esos hoy adolescentes tienen responsabilidad en ello. Yo, por ejemplo, pertenezco a una generación de cubanos que literalmente odia el bolero, no hay ni que explicar mucho lo que pasa con los hijos de los padres de mi generación.
Sin embargo Pepe Aguilar sí le inculcó a su hija su amor por el bolero y por el Buena Vista Social Club. Sí, por el Buena Vista Social Club, no por NG La Banda. Como resultado de ello una de las mayores influencers sobre la adolescencia latina actual tiene a mucha gente de diversas generaciones escuchando música cubana de raíz, gracias a su disco ‘Bolero’ que está nominado al Latin Grammy 2024 como Álbum del Año.
El disco, además de ser un explícito homenaje de los Aguilar a Cuba, tiene a Amadito Valdés en una de las colaboraciones de destaque; y contó con la visita de ellos a La Habana y Matanzas para el proceso de grabación del disco y del audiovisual ‘Bolero: El documental’, en el que tiene participación Omara Portuondo. “Ojalá que yo pudiera un día ser como ella”, le dijo la Aguilar a Los Ángeles Times refiriéndose a Omara.
Ángela Aguilar tiene ahora 20 años, pero el primer sencillo del disco salió cuando tenía 19 años, la misma edad que tenía cuando viajó a Cuba. ¿Cuántas adolescentes cubanas con sueños de cantante quieren ser un día como Omara Portuondo?
Ella tiene 10.6 millones de seguidores en Instagram y 12.2 millones de oyentes mensuales en Spotify, no tiene necesidad comercial de sacar un disco de boleros. Ese compromiso familiar de los Aguilar por el género expresa amor, no le busque otro interés. Como mismo Laritza Bacallao malgasta su enorme talento cantando cualquier cosa, Ángela Aguilar pudo haber sacado un disco de “rikirriki”.
Además la Aguilar (que incluyó ‘Toda una vida’ en el disco) sabe decir correctamente el nombre de Osvaldo Farrés, la portavoz de la campaña cubana para la declaración conjunta del bolero como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no conoce a Osvaldo Farrés, para ella existe un tal Osvaldo Farres.
Lo más interesante del caso es que los jóvenes cubanos sí conocen a Ángela Aguilar, los jóvenes cubanos son “fans de su relación”.