
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Iván Camejo ()
Miami.- Omar Pardillo me honra regalándome esta moneda dedicada a Celia Cruz que pronto estará circulando en los Estados Unidos, el país donde Celia cosechó sus más grandes logros profesionales y cuya vasta cultura ha sido precisamente el resultado de la suma de varias migraciones y exilios.
En un país tan sólido musicalmente, en la tierra de grandes mujeres como Aretha Franklin o Ella Fitzgerald, se le dedica una moneda a Celia, un gesto mucho más importante de lo que parece a simple vista, pero que sobre todo contrasta enormemente con el silencio que imperó sobre su música en su tierra natal, con el escueto e injusto párrafo que un periódico cubano publicó quizás a regañadientes el día de su muerte, con la prohibición de sus canciones en los medios de difusión de la isla que la vio nacer, esa isla donde la inflación ha hecho desaparecer todas las monedas posibles.
Agradezco a este país un gesto de tal magnitud. Yo no sería capaz de gastar una moneda así, que en perfecto español (¡con la tilde y todo!) dice: «Azúcar», ese clamor que terminó identificándola y haciéndola más cubana a pesar de estar lejos de Cuba.