Los cubanos también debemos tener claro que los apagones, la falta de agua, las multas de los inspectores, los decomisos, los policías abusadores, tienen un solo responsable: el sistema comunista y el régimen implantado desde hace sesenta años.

No importa que la luz venga después de un cacerolazo, que manden una pipa con agua luego de un cierre de calle, que lleven picadillo rancio a la bodega después de una protesta, porque dentro de dos días el hambre, la sed, el apagón volverán una y otra vez; la represión, la falta de derechos, la chivatería, La Mesa Redonda y Humberto, los dirigentes ladrones e incapaces seguirán ahí haciéndonos la vida imposible, al punto de lanzarnos al mar o cruzar selvas arriesgando nuestra existencia y dejando atrás a la familia.

Solo hay una solución y es sacarlos del poder. No son tan fuertes como parece, no tienen tanto apoyo como quisieran y tienen más miedo del que aparentan. Muros más fuertes han caído. Raúl Castro es un cadáver con aliento, Canel y su tropa una partida de ineptos, las bajas en la policía siguen llegando por montones, el militar de a pie ya no se cree la muela que le suelta el político en los matutinos, hasta los represores se les están yendo por Nicaragua y cada vez son más los que están claros de que una Cuba «normal» será mejor para todos.

Como corean los venezolanos «Y va a caer, y va caer, este gobierno va a caer», solo tenemos que darle el empujón final.