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Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- Hace dos años hoy de la primera vez en que fui instruida de cargos por «desobediencia» en un proceso arbitrario que me condenaría, meses después, por ese «delito», el peor de todos para las autoridades en Cuba.
Era el 14 de junio de 2023. Ese día llevaba dos carteles; en uno, citaba los artículos de la Constitución relativos a la libertad de movimiento, expresión y manifestación; en el otro, rememoraba una frase de Antonio Maceo pues era aniversario de su natalicio: «mendigar derechos es cosa de cobardes».
Ambos me fueron incautados, y se levantó un acta que los consideraba «propaganda ilegal contra el orden constitucional». Al dictarse sentencia, en noviembre de 2023, la jueza ordenó que los carteles fueran destruidos.
Llaman república a este país los mismos gobernantes que violan la Constitución y los derechos ciudadanos elementales. Se autoproclaman patriotas los mismos gobernantes que consideran subversivo a uno de los más heroicos próceres que ha dado esta Isla.
La República por la que luchó y murió Maceo queda descrita en las palabras que dirigió, el 30 de septiembre de 1895, a los delegados a la Asamblea Constituyente, en Camazán, al norte de Oriente:
«La República es la realización de las grandes ideas que consagran la libertad, la igualdad y la fraternidad de los hombres: la igualdad ante todo, esa preciada garantía que, nivelando los derechos y los deberes de los ciudadanos, derogó el privilegio de que gozaban los opresores a título de herencia y elevó al Olimpo de la inmortalidad histórica a los hijos humildes del pueblo (…). Fundemos la República sobre la base inconmovible de la igualdad ante la ley. Yo deseo vivamente que ningún derecho o deber, título, empleo o grado alguno exista en la República de Cuba como propiedad exclusiva de un hombre, creada especialmente para él e inaccesible por consiguiente a la totalidad de los cubanos. Si lo contrario fuese decretado en nombre de la República, semejante proceder sería la negación de la República por la cual hemos venido combatiendo y nos arrebataría el derecho con que Cuba enarboló la bandera de la guerra por la justicia, el 10 de octubre de 1868».
Esa República no existe en Cuba. Debemos luchar por ella. Un cartel puede ser destruido, pero la historia de luchas y dignidad de este pueblo jamás lo será. Nuestros jóvenes lo han dejado claro.