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Por Joel Fonte ()
La Habana.- Los terroristas y saboteadores de otrora, constituidos luego como Poder, criminalizan la más mínima manifestación de protesta pacifica.
Tras el Golpe Constitucional de Batista y hasta que se marchó del país la víspera del nuevo año 1959, los métodos de lucha de sus opositores para derrocarlo fueron variados. Estos incluyeron desde los métodos de lucha pacífica, como las huelgas, las manifestaciones, las protestas gremiales y estudiantiles. También la distribución de propaganda y el activismo de los distintos partidos políticos.
También se emplearon métodos violentos, como sabotajes y actos terroristas. Hubo acciones armadas de menor dimensión en las ciudades y de mayor magnitud en las montañas y zonas rurales del país. Las principales de estas acciones fueron lideradas por Fidel Castro.
La necesidad y validez de esos métodos violentos y armados para derrocar al gobierno fueron reivindicados por los líderes castristas. Esto ocurre todavía hoy.
Entre los hechos que más resaltan están los ataques armados a la sede del ejecutivo de la república, el Palacio Presidencial. También están los ataques al segundo cuartel militar del país, el Moncada, en Santiago de Cuba, y ‘la noche de las 100 bombas’. Esta última ocurrió el 8 de noviembre de 1957 y ahogó en el terror a La Habana con más de 80 explosiones.
Pregonan también los incendios de cañaverales y los sabotajes a las industrias del país. Alardean de cuando regaban alcayatas para provocar que los autos se poncharan en las calles de las ciudades. O cuando en el ’58 quemaron 40 omnibus en una semana.
Hemos escuchado de sus propias palabras, cuando los policías eran agredidos para arrebatarles las armas. Estas eran necesarias en las ciudades y montañas para esa lucha violenta. Alegaban que no podían adquirirlas todas en las armerías. Esto ocurría en una época en que poseer armamentos no era solo privilegio del régimen en el Poder.
Entonces, esos que apelaron a la fuerza y la violencia, que la justificaron como método contra las injusticias, fueron los mismos que tras violentar el Poder y apropiárselo, instituyeron una nueva dictadura. Esta fue más fiera y cruel, cerrando todo camino a la lucha política pacífica. Criminalizaron la oposición y hoy detienen, encarcelan, ‘juzgan’ y sancionan a quienes promueven pacíficamente la vuelta del país a la democracia.
¿Quiénes no ven eso en Cuba y en el mundo con completa nitidez…?
Basta de manipulación y mentiras. No más temor. No más dictadura en Cuba.