
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Jean Carlos Fornaris
La Habana.- Una usuaria en redes sociales denunció maltratos por parte de una dependiente en la tienda Trimagen, ubicada en Ayestarán y 19 de Mayo, de La Habana.
Según el testimonio, la trabajadora, de nombre Belkis, le negó el acceso al establecimiento alegando «aglomeración de personas», a pesar de que solo había dos clientes dentro.
Una vez dentro del local, la denunciante asegura que Belkis adoptó una actitud despectiva al atenderla y le impuso una restricción inesperada: solo podría imprimir un máximo de 10 fotografías en tamaño 12×18, argumentando que existía una orden de «ahorrar papel».
La dependienta también advirtió que pronto la cantidad máxima permitida se reduciría a seis fotografías. Ante el reclamo de la cliente, Belkis añadió que cada persona solo podía acudir una vez por semana a realizar impresiones.
Este jueves, la madre de la afectada regresó al establecimiento con la intención de completar la impresión de las fotografías restantes. Sin embargo, según la denuncia, la misma empleada borró deliberadamente las imágenes almacenadas en la memoria USB antes de que pudieran ser impresas.
Al confrontarla, la trabajadora supuestamente le sugirió que buscara otra sucursal de Trimagen para realizar el servicio, dejando claro que no era bienvenida en esa tienda.
La denunciante cuestiona la falta de transparencia en las reglas del establecimiento. No existe un aviso visible que informe sobre la restricción de impresiones. Además, señala haber sido testigo de cómo otro cliente recibió un servicio sin limitaciones, logrando imprimir una cantidad considerable de fotografías y despidiéndose de la dependienta con aparente familiaridad.
Este incidente ha despertado indignación entre los clientes habituales de Trimagen, quienes exigen respeto y un trato equitativo. Hasta el momento, la administración del establecimiento no ha emitido ninguna respuesta oficial ante esta grave acusación de maltrato y posible favoritismo en la prestación del servicio.
La situación pone en tela de juicio la calidad del servicio al cliente en Trimagen y plantea interrogantes sobre la existencia de normas arbitrarias impuestas por el personal, dejando en evidencia la necesidad de mayor control y regulación en estos espacios comerciales.