Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Arnoldo Fernández

Contramaestre.- Hoy quise ser una persona normal, una que ve televisión en la tarde de un sábado y es feliz.

Primero, un enorme aguacero, luego un bellísimo sol, parecían decirme que sería una persona normal, que después de muchísimos sábados, al fin vería una película.

Ya frente a la tele, empezó a rodar la película y poco a poco me adentré en la trama, cuando era un hecho mi conexión espiritual con lo que veía, llegó el maldito navajazo de la Unión Eléctrica, adiós a la persona normal que casi creo posible, adiós definitivamente, nunca más hago el papel de tonto, hace muchísimo tiempo que tantos navajazos me han secado el espíritu.

¿Cómo detener la hemorragia ante tanto navajazo seguido? ¿Cómo salvarme de la pobreza espiritual que azota a diario?

Cualquier día me quito el cerebro y lo cuelgo donde este país loco no pueda verlo, tal vez así pueda reiniciarlo en otro lugar donde pueda ver una película los sábados y ser feliz.

Por favor, nadie diga aquí que es feliz con estos absurdos diarios, si lo dice, es mentira, nadie puede escapar a una locura que mata en cámara lenta, nadie sobrevive, cuerdo, a tanto navajazo diario.

Deja un comentario