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SE CIERRA EL CERCO SOBRE LA REPRESORA DE MAYABEQUE

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- Yanet Machado, la pieza fundamental en el encarcelamiento de los hermanos Jorge y Nadir Martín Perdomo fue protagonista de estas páginas con anterioridad, pero ahora hay más y el cerco se cierra sobre ella.

En la última lista sobre los represores o los agentes del régimen que escaparon de la isla y se encuentran en Estados Unidos, no aparece Yanet Machado. Su carita de chica joven, casi imberbe, la protege.

Ya habíamos dicho que estaba en Estados Unidos, pero no sabíamos que exactamente en Tampa, pero ya la han descubierto. Lo acabo de escuchar en la voz del influencer Alexander Otaola, y desde acá levanto las dos manos para que vayan a deportarla.

Quiero que con esta sean rápidos, que actúen como hacía ella, con vehemencia y rapidez, que la envíen en el próximo avión, que vuelva a la escena del crimen y que se lleve, por el momento, el reproche de la gente.

EEUU tiene que deportarla

Nadie sabe por qué se fue la capitana a Estados Unidos. No se sabe si se arrepintió de lo que hizo o si el gobierno aprovechó la estampida, la disfrazó de joven común e intentó colarla allí, como una agente más.

Puede ser lo primero, porque no se trataría de un caso aislado, pero también puede ser una espía, y Estados Unidos tiene que hacer algo con ella, y lo más fácil sería llegar a dónde está, apresarla, montarla en un avión y mandarla a Cuba.

Para hacerles un poco de historia, la capitana Machado fue la oficial más activa en los días posteriores al 11 de julio de 2021 en San José de las Lajas y en la mayoría de los municipios de la provincia de Mayabeque.

En esos días apenas durmió. Se le veía entrar muy tarde a su casa y salir muy temprano. Parecía agotada. ¿Y saben por qué? Andaba a la caza de los participantes en las protestas.

Se encarnó con los Martín Perdomo, que eran vecinos suyos, y hasta chantajeó a personas para que testificaran en contra de ellos. Actuó como toda una terrorista, que es lo que son los de su estirpe.

A un anciano que vendía cigarros al menudeo le dijo que si no testificaba en contra de Jorge y Nadir, iba a mandar a los inspectores a ponerle una multa de cinco mil pesos. También presionó a otras personas.

Al final, en un juicio amañado, al que solo fueron de testigos los policías, a los dos hermanos les cayeron largas condenas, por cosas que no hicieron. Y luego, poco después, Machado se exilió en Estados Unidos.

Luego se ensañó con las hermanas Garrido

Acá les dejó un link del testimonio de Luis Rodríguez Pérez, esposo de Angélica Garrido, sobre el modo de actuar de la capitana, «política», Yanet Machado con la esposa de él y su cuñada.

«Era, la que tenía el cargo de «Política». O sea, la más consciente, la más ciega, la más comprometida, la que más defendía, la que no entiende. Y, tenía los grados de capitán. Y no era hipócrita en su sentir», dice Rodríguez Pérez.

Machado disfrutaba las torturas. No solo las torturas a las presas, sino a los familiares fuera, con el dolor de los cuales disfrutaba, como si hubiera sido una actriz representando un papel en una tragedia, solo que el escenario era la vida real.

Un día, un joven acudió donde ella, implorando para ver a su madre detenida, y la capitana Machado sonrío y dijo que la señora estaba bien y que estaba bajo investigación.

Este personaje está ahora en Estados Unidos, viviendo las bondades que ofrece aquel país, y lo peor es que no aparece en la lista de represores, en la cual debería estar ya.

EEUU no puede tener piedad con estos

Soy de los que piensa que a Trump se le ha ido la mano con las deportaciones masivas, aunque sus razones tendrá, pero apoyo, y levanto las dos manos, por la deportación de personajes como Yanet Machado.

Ella y sus similares: los policías represores, los fiscales comprados, los jueces cobardes, los dirigentes del partido que organizaron y decidieron todo, y los chivatos, no pueden vivir fuera de Cuba. Su sitio está aquí.

No pueden escapar de sus culpas. Tienen que venir a expiarlas acá, al lugar de los hechos y cuando un día haya un verdadero Estado de Derecho, tienen que ser llevados a los tribunales y condenados, con todas las garantías, pero condenados.

Los cubanos en cualquier parte del mundo en el que estén, tienen que denunciar a estas bestias, a los aprovechados que vendieron su alma por una caja de pollo, una semana en una villa del Minint o dos botellas de ron.

Y los que se fueron, tienen que volver. ¡Hay que pagar!

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