Por Oscar Durán
La Habana.- No sé por qué tengo el presentimiento de que a Yosvany Arismín Sierra, Chocolate, va a ser deportado al ghetto de Centro Habana en cualquier momento. Lo veo venir. Se lo van a meter a Miguel Díaz-Canel en un vuelo chárter y hasta el Instituto Cubano de la Música le hará papeles para llevarlo a dar conciertos en Songo-La Maya, Mayarí y Minas de Matahambre.
Ayer, en estas mismas páginas, proponía al Choco para dirigente de la termoeléctrica Guiteras. Lógico, era una broma, pero en las condiciones en que está el país, muchos jóvenes se alegrarán del regreso del Rey de los Reparteros y le haría un favor a la dictadura porque miles de cubanos se enfocarían en su regreso, y dejarían a un lado los apagones, el hambre y toda la miseria de la isla. Lamentablemente, somos así.
Lis Cuesta ya está dando señales sobre el regreso de Chocolate. Desde el ministerio de Cultura se habla del Reparto y su aceptada propagación en la juventud cubana, esa misma juventud que monta a Martí en el yate Granma y a Maceo lo pone a asaltar el cuartel Moncada.
De ese tipo de personas está plagado el archipiélago cubano, y el Choco debe ser el faro y guía. Tenerlo desde este lado -aunque sea en contra de su voluntad- es muy bueno para una sociedad empercudida por sus cuatros costados. Hasta lo podemos nominar a Diputado por Bejucal y así tenemos un representante del género en los salones del Capitolio.
Ustedes pensarán que nadie puede admirar a Chocolate, pero se equivocan. Yo soy fanático a Yosvany. Un tipo que entra un día sí y un día no a la cárcel, sale ileso siempre, trolea a su abogado como quiere, es un crack. Ningún cubano se ha atrevido a tanto con la justicia norteamericana, por eso, creo, su hora de regresar a La Habana está llegando.
El Choco no tiene dinero, todo es apariencia en las redes. Lleva una vida de mierda en los Estados Unidos, aunque arrastre a cientos de personas a sus conciertos, vista de Louis Vuitton y varios fanáticos lloren cuando está en cana. De ese tipo de gentuza, Donald Trump está cansado, en cualquier momento ICE lo saca de su Departamento y lo pone de una en el aeropuerto José Martí.
Vuelvo y repito: al régimen le conviene tener a Chocolate dentro de sus filas. Ni Yomil, ni Los 4, ni Maxwell, ni Charly y Johayron halan más multitud que Yosvany. La juventud cubana -esa que ustedes conocen- está esperando con ansias el regreso del autor de Wow Pedro. Su debut debería ser en una de esas plazas mugrientas que cobran 200 pesos la entrada y el olor a orine es la fragancia de turno.
Aquí te esperaremos, bestia sobrehumana. No le hagas caso a la gente, esto no está tan malo. En La Habana no se llevan la corriente y las Mipymes tienen cualquier cantidad de productos. Te adaptarás rápido al paraíso, tú verás.
