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CONTINÚA EL PEDIDO: MUERE OTRO PEZ GORDO

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Por Anette Espinosa ()

La Habana.- La generación que estuvo en la Sierra Maestra o que coqueteó con ella en aquellos primeros meses de 1959, se está yendo poco a poco, y el último fallecido fue el general de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín, en espera de alguno más en los próximos días.

Espinosa, que era medio primo de mi abuelo paterno -¿y eso a quién le importa?- tenía 85 años de edad y era uno de los más jóvenes de los generales de alto rango en activo, lo cual habla muy mal de la capacidad defensiva de las fuerzas armadas cubanas, cuyos generalotes de Cuerpo de Ejército y de Ejército están más muertos que vivo.

Este que acaba de morir, no solo estaba activo como viceministro de Defensa, sino también como diputado a la Asamblea Nacional, una institución donde una buena parte de los generales tiene asiento desde hace mucho tiempo, como parte de una vieja estrategia del castrismo para mantener controlados a los que van allí a tomar notas y levantar la mano en busca de una unanimidad total.

Por si fuera poco, Espinosa era miembro del Buró Político del partido Comunista, otra institución de control absoluto, donde supuestamente se decide todo, según la propia Constitución, que le da al partido Comunista el papel de controlador máximo de la sociedad y el Estado.

Con Espinosa ya son cinco los generales muertos en los últimos 30 días, en tanto aún no se han confirmado los rumores sobre el fallecimiento de su jefe directo, Raúl Castro, aunque tampoco se han desmentido.

Sobre esto último queda una frase de Esteban Lazo en una de las asambleas de rendición de cuenta, donde dijo que los cubanos «tenemos que proteger el legado de Raúl Castro», lo cual hizo pensar a los presentes que el hermano menor del tirano en jefe había estirado la pata, o estaría muy grave.

Castro ya tiene 93 años cumplidos y forma parte de ese grupo de dinosaurios nonagenarios que aún tiene control sobre lo que ocurre en Cuba, aunque poco a poco van a ir cayendo en los próximos meses o años, porque no es normal que las personas vivan más de un siglo.

Muchos de ellos se babean, otros apenas pueden levantar los pies y caminar, como Guillermo García o José Ramón Machado Ventura, incluso el propio Castro a quien se le vio muy demacrado en su última aparición pública.

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