Toronto.- Emprender un negocio, decidirse por una carrera universitaria, investigar sobre algún tema en específico, comprar un nuevo producto, encontrar una pareja, participar en una competencia deportiva, hacer inversiones, educar a los hijos son acciones humanas comunes a todos los mortales; todas requieren un mínimo de información para obtener algún éxito.
Hace apenas unas décadas no se contaba con tanta y tan variada información para cada actividad a realizar, la gente confiaba más en el instinto, algunos libros, los consejos del amigo. Todo cambió con las computadoras, la Internet, las Redes Sociales; la tradición periodística, la impresión a papel, la profesión del divulgador, han sufrido un verdadero impacto.
Hoy padecemos de la Sobresaturación informativa dada la rapidez, las múltiples fuentes y la variedad de contenido que sobre cualquier tema podemos acceder en cuestión de segundos desde un teléfono celular. Lo paradójico de esta era digitalizada, en la que casi todo el mundo tiene acceso a la educación y al aprendizaje, es constatar los niveles de analfabetismo, despiste e ignorancia.
Hoy, como hace siglos, un bajo por ciento de la población lee un libro, o algún texto que pase de las 10 páginas; nos acostumbramos muy rápido a la frase del Twitter, al comentario de Facebook, al mensaje por Whatsapp, al video de Tik Tok, a los emoticones; sólo aceptamos las soluciones rápidas, fáciles y de “bajo costo”. Los ciberadictos de hoy pueden leer, pero no quieren, les parece aburrido, complicado. El número de alectores crece exponencialmente y disponen, en muchos casos, de ciertos recursos materiales o financieros dispuestos a entregar a cualquier impostor.
Los que tienen el Poder real y necesitan de una masa compacta y manipulable para promover ideologías, vender nuevos productos, inclinar el voto en las elecciones o respaldar acciones violentas, conocen el hecho y lo aprovechan. En esta época de Post Verdad, de Relativismo e Improvisación donde la objetividad, la imparcialidad y la sincera búsqueda de la Verdad han dado paso a la inmediatez, lo anecdótico y doctrinario, es normal que se preste más atención a la Eurocopa que a la guerra Ucrania-Rusia.
Por increíble que parezca, en pleno siglo XXI y a pesar de todas las evidencias científicas e históricas, hay miles (millones) de personas que creen que la Tierra es plana, que la economía se arregla imprimiendo dinero y que la energía nuclear debe ser desechada definitivamente por su poder de contaminación. Resulta ridículo, y amenazante, además, el resurgir y el auge de la Ideología Comunista, de las ideas de Marx, Lenin y Mao después de un siglo de Socialismo Real y su trágica huella de 120 millones de víctimas mortales y la destrucción económica, moral y espiritual de más de 40 países que ensayaron con la Dictadura del Proletariado.
Y es que Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Bernie Sanders, Diego Ruzzarín, Thomas Piketty, Yanis Varufakis, Noam Chomsky, Jean-Luc Melénchon, Alexis Tsipras, Paul Mason, Roger Waters e Ignacio Ramonet, entre muchos otros, se siguen autoproclamando voceros del proletariado al tiempo que disfrutan de los lujos y comodidades del Capitalismo al que dicen combatir. Saben, estos timadores de salón, que siempre habrá trasnochados, fanáticos, resentidos y tontos útiles que aceptan sin remilgos la solución ideal para todos defectos y errores del Capitalismo y la Democracia: El Socialismo, ése que promete salud, educación y cultura gratis para todos, y terminar de una vez con la injusticia y desigualdad. La promesa del Paraíso en la Tierra todavía ilusiona.
Nadie tiene la Verdad absoluta, es imposible. Podemos acceder, sin embargo, a Verdades parciales, esas que nos permiten discernir entre el bien y el mal, entre la sinceridad y la impostura, entre lo digno y lo vil, entre lo lógico y lo absurdo. Es complicado incluso llegar a esa Verdad parcial en medio de la avalancha noticiosa. Aquel viejo proverbio: se aprende a capar cortando guevos, aplica al caso: para estar informado no queda otro remedio que leer mucho y variado, buscar diferentes fuentes, compararlas, preguntar, debatir con otros.
La desinformación es parte de la Estrategia de Dictadores y Autócratas que alternan en su bombardeo mediático la censura con la mentira grosera, las Fake News, Influencers con contenidos irrelevantes, los chismes, los rumores callejeros y los mensajes subliminares.
Si de algo sirve aquí les dejo estos nombres de Periódicos, Revistas, Periodistas, Páginas Webs on line y YouTubers de Cuba, España, Argentina, Chile, Venezuela y Colombia que leo o escucho para mantenerme al día: “Cubanet”, “Diario de Cuba”, “Diario Las Américas”, “14 y Medio”, “El Mundo”, “La razón”, “ABC”, “Libertad Digital”, “Clarín”, “La Nación”, “BBC Mundo”, “Infobae”, “Emanaciones”, de Juan Abreu, “NTN 24”, Federico Jiménez Losantos, Luis del Olmo, Carlos Alsina, Alfonso Rojo, Carlos Herrera, Jorge Lanata, Eduardo Feinmann, Agustín Lage, Luis Majul, Esteban (El Pelado) Trebuc, Juan “El Tata” Yofre, Leopoldo Castillo,
Luis Cino Alvarez ,
Camila Acosta, Yoani Sànchez, Tomás Mosciatti, Fernando Villegas.
Una última recomendación. Si piensa que no tiene todos los argumentos, si cree que le falta información y elementos de juicio para tomar partido y ponerse del lado de algunas de las partes en un conflicto ajeno a Cuba y complicado por sus orígenes históricos y políticos, hágase una pregunta: ¿A quién respalda la Dictadura Castrista en la disputa electoral o bélica? Cuando se responda, con toda seguridad, puede irse al lado de enfrente, a lado de la razón y la Libertad.
Entre Ucrania y Rusia, apoyo al ejército de Kiev, entre Israel y el Bloque Islámico, con los Judíos; entre el criminal Nicolás Masburro y el dúo de Edmundo-María Corina, mi voto a los candidatos de la Oposición; por el oro olímpico de los 130 Kg de la lucha Greco en París hinché por el cubano-chileno Yasmani Acosta. Contra el Castrismo siempre, hasta en el Béisbol.