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TOMÁS DE TORQUEMADA: EL «MARTILLO DE LOS HEREJES» MÁS TEMIDO DE LA INQUISICIÓN

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Tomado de MUY Interesante

De confesor de Isabel la Católica a inquisidor general, Torquemada es uno de los personajes más controvertidos de la Edad Moderna española.

Madrid.- La Inquisición, una de las instituciones más polémicas de la historia de España, fue establecida en 1478 por los Reyes Católicos para preservar la ortodoxia católica en sus reinos. A lo largo de más de tres siglos, su poder se extendió por la península ibérica, tejiendo una red de temor, persecución y controversia. Entre los personajes más destacados de este proceso histórico se encuentra Tomás de Torquemada, el primer inquisidor general, cuyo nombre ha llegado hasta nuestros días como sinónimo de fanatismo y crueldad. Su liderazgo y las acciones que emprendió han alimentado debates y estudios que perduran hasta la actualidad, marcando profundamente el legado de la Inquisición.

Tomás de Torquemada junto al papa Sixto IV

Tomás de Torquemada junto al papa Sixto IV
Jean-Paul Laurens / Wikimedia

Inquisidor general con raíces judías
En el siglo XV, España estaba en pleno proceso de consolidación con los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, quienes buscaban unificar sus reinos territorial y religiosamente. En este contexto de fervor religioso y política expansiva nació Tomás de Torquemada en Valladolid, en una familia con raíces judías convertidas al cristianismo. Desde joven, Torquemada mostró una inclinación hacia la vida monástica y se ordenó fraile dominico en el Convento de San Pablo. Su rigor moral y teológico le valió la atención de Isabel la Católica, quien lo nombró su confesor. Este vínculo fue crucial para su posterior ascenso en 1483 como inquisidor general, donde impuso una rigurosa supervisión de la fe, enfocada en mantener la ortodoxia católica a través de medios que aún hoy se discuten por su severidad.

Torquemada frente a los Reyes CatólicosTorquemada frente a los Reyes Católicos
Emilio Sala / Wikimedia

Martillo de herejes
Como inquisidor general, Tomás de Torquemada instituyó reformas para purificar la fe católica en España. Su administración del Santo Oficio se caracterizó por una vigilancia implacable contra herejes, judíos y conversos, consolidando el poder y la presencia de la Inquisición a través del territorio. Fue bajo su mandato cuando, en 1492, se promulgó el Decreto de Granada, que ordenó la expulsión de todos los judíos no convertidos de los reinos españoles, una decisión que alteró profundamente la estructura social y económica de la nación.

Las acciones de Torquemada no solo llevaron al exilio a miles de personas, sino que instauraron un clima de miedo y represión. La persecución de los conversos, acusados de seguir prácticas judaizantes en secreto, fue particularmente intensa. Sebastián de Olmedo, un coetáneo, lo describió como «el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su país, el honor de su orden», reflejando la admiración y el terror que inspiraba a partes iguales. Sin embargo, su reputación ha sido objeto de un intenso debate histórico, con muchos estudiosos criticando su fanatismo y brutalidad, aspectos que personificaron la intensa lucha de la España de la época por la uniformidad religiosa.

Recreación del tribunal del Santo OficioRecreación del tribunal del Santo Oficio
Fran Navarro / Midjourney

¿Sádico o leyenda negra?
Tomás de Torquemada, a menudo emblema de la leyenda negra española, es objeto de acaloradas discusiones sobre la veracidad y magnitud de sus actos. Se estima que, bajo su dirección, la Inquisición fue responsable de la ejecución de miles de personas, con cifras que varían de unas 2000 a 10 000 personas quemadas en la hoguera, y muchas más sujetas a torturas y humillaciones públicas. Sin embargo, historiadores modernos como Henry Kamen sugieren que estos números pueden estar inflados, producto de una narrativa histórica que busca pintar a España bajo una luz particularmente nefasta.

En la cultura popular y la literatura, la figura de Torquemada ha sido sinónimo de crueldad despiadada y represión religiosa, apareciendo en obras de Victor Hugo y Edgar Allan Poe, entre otros. Hoy día, hay investigadores que intentan equilibrar la imagen de Torquemada, considerándolo un producto de su tiempo, aunque su legado como símbolo de intolerancia y persecución sigue siendo indiscutiblemente potente.

¿Dónde está la tumba de Torquemada?
En sus últimos años, Tomás de Torquemada sufrió el declive de su influencia y la pérdida de favor real. Se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila, aunque continuó supervisando la Inquisición hasta su muerte el 16 de septiembre de 1498. Su entierro inicialmente tuvo lugar allí mismo, aunque sus restos fueron trasladados en 1572, lo que inició un misterio sobre el paradero final de su tumba que persiste hasta hoy. El legado físico de Torquemada, más allá de su impacto histórico, se desvaneció en gran medida, sumido en las sombras del tiempo y la controversia que rodeó su vida y obra.

Retrato ficticio de Tomás de Torquemada; litografía anónima alemana del siglo XIX
Retrato ficticio de Tomás de Torquemada; litografía anónima alemana del siglo XIX
Wikimedia

Tomás de Torquemada sigue muy vivo en la historia de España como símbolo del extremo de la intolerancia religiosa y la represión. Su legado, envuelto en controversia y debate, nos recuerda la complejidad de las figuras históricas y las eras que las moldean. Al reflexionar sobre su vida y acciones, se nos invita a considerar cómo la historia a menudo se construye tanto sobre los hechos como sobre las percepciones. Este análisis nos lleva a cuestionar y profundizar en nuestro conocimiento de aquellos que han dejado marcas duraderas, para una comprensión más matizada de nuestro pasado.

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