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CUBA: OTRA CAÍDA DEL TURISMO EN 2024

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Por Oscar Durán
La Habana: El término Cultura de la Pobreza lo hablaba hace par de días con el buenazo de Carlos Cabrera, un tipo con varias historias a cuestas sobre la miseria mental del cubano, creada por Fidel Castro allá por el lejano 1959.
Conversamos, principalmente, del desparpajo andante en los medios de prensa nacionales a la hora de elegir las personas para un viaje allende los mares. Un profesional de la prensa haciéndole brujería a otro, metiendo cascarilla dentro del teclado de la computadora, mandando anónimos para el Comité Central con elementos falsos, perrerías al Jefe para conseguir un pasaporte oficial. Todo eso se vive aquí, posiblemente el único lugar del mundo donde sucede tanta desfachatez moral.
Tú los ves de traje y corbata, muy refinados, pero a la hora de decidir quién viaja se convierten en reparteros de San Leopoldo. Dígase los «excelsos» profesionales de Prensa Latina, Granma, Juventud Rebelde o la Redacción Deportiva del Sistema Informativo, esta última catalogada como la sepa de la sacadera de trapos a nivel nacional.
El cubano tiene un doctorado en envidia y traiciones por parte de gente cercana. Mi experiencia en los medios de prensa en Cuba fue mi corta, pero pude ver de todo. Un día, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) mandó una convocatoria para que dos periodistas fueran a un evento en el hotel Habana Libre por una semana. Mesa buffet, habitación con canales de “afuera”, gozadera a tutiplén. Bueno, para no cansarlos, solo podían ir dos personas y había tres candidatas. Se armó un sal pa’ fuera en la redacción, galletas iban y galletas venían, pestañas arrancadas, arañazos. Los me “cago en tu madre” floreaban y hubo una de ellas que le sacaron la cajetilla de dientes. Todo por un evento en el Habana Libre.
También fui testigo de la caída de mi mejor amigo, quien era el Jefe de Información de uno de los periódicos más malos del mundo y de cuyo nombre no es bueno ni acordarse. Resulta que a mi colega le armaron una cama para sacarlo del puesto, mandando un anónimo al Partido diciendo que estaba vendiendo gasolina. La razón de esa bajeza se le deben imaginar: el autor del anónimo quería el cargo. Y se lo dieron, porque si de bajeza se trata, los de más “arriba” son expertos en eso.
Con el tema de los televisores Atec-Panda, llegamos al peak de la cultura de la pobreza. Actualmente hay compañeros de trabajo, vecinos, incluso, hasta familiares que no se hablan. Eso se lo debemos a Fidel Castro, el fundador de tanta miseria humana dentro de una sociedad analfabeta en cuanto a códigos y principios humanos se refiere.
Ejemplos hay millones. Ustedes lo saben. A veces dan hasta pena contarlos. Como el famoso caso ocurrido en un pueblucho de oriente, donde dos militantes del Partido se cayeron a trompadas porque solo uno de ellos podía quedarse con el pullover Volverán de los Cinco espías.
Y si aterrizamos a los días actuales, pues vayamos a cualquier cola. Vaya, la del pollo. Por tres muslos patisecos he visto puñaladas, piñazos, punzonazos y dientes zafados.
Por eso tú los ves llegando a un país de primer mundo haciendo papelazos. Ahí los veo en Miami, acabando con la quinta y con los mangos, convirtiendo a Estados Unidos en Songo la Maya. El nuevo hombre cubanoamericano le dicen, fabricado en el laboratorio del castrismo con un chip tercermundista sin códigos y conceptos.