Por Laritza Camacho ()
La Habana.- Y queda demostrado que, «el arte» de su política, consiste en silenciar el arte de los que no piensan igual.
Por eso se ven tan ridículos aplaudiendo hoy y censurando mañana… o viceversa.
Ante la evidencia de tal necedad sigo haciendo una pregunta, a ver si un día despiertan:¿Alguien sabe si Mozart fue «militante»?
Yo, la verdad, en medio del impacto triste de la muerte de Carlos Massola, he disfrutado mucho las anécdotas que los más cercanos han hecho sobre él y he revivido en mi memoria escenas y personajes que nos regalara.
Así como la solución de los males de un país está en manos de su pueblo; el verdadero homenaje a un artista está en las manos del público que aplaude.
Entonces, no pidamos peras al olmo… seamos el micelio profundo que, desde las raíces, sana y une al bosque.
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