Por Renay Chinea ()
Barcelona.- La izquierda mundial. El zurderío progre. Los viejos sociatas de la Gauche Caviar y otras morrallas empobrecedoras, odian a Milei. Porque de cierta forma, Milei es un zorro que se les ha colado en el gallinero. Un lobo que ha venido a despertarle sus ovejas. A desenmascarar su episcopado de mentiras, manipulación y resentimiento que con tanta baba habían construido durante años y años.
Mucho habían mentido ellos. Ríos de tinta por el mundo intentando sepultar la verdad histórica de los pueblos. Pero con Milei, el cuento chino de la explotación imperialista se les viene abajo, porque hoy ese imperialismo extractivo y expansionista, se llama China. Y ese fantasma agresivo que tanto han dibujado en el Tío Sam, se llama Rusia, Irán o Norcorea.
El muñeco insulso del imperialismo yanki ya no carbura. Ya el mundo sabe que el zurderío progre arruinó a Cuba. Que el hechicerismo chamánico de los Ortega-Murillos hundió a Nicaragua. Y que Maburro, pasará a la historia como el único seboruco incapaz de hacer que los venezolanos encendieran sus fogones sobre la escalofriante reserva de más de 300 mil millones de barriles de petróleo bajo sus chanclas.
Asombrosamente Milei está usando las armas históricas de sus adversarios: la descalificación y el barriobajerismo. El nombrete, la exageración, la chanza y la burla. Unido a una sólida cultura económica y una exuberante verborragia. En eso, el mismísimo Fidel Castro era un maestro. Genio del Mal, a sus opositores les llamó día tras día “Gusanos”. Y lumpens, escoria, blanditos y toda una caterva de descalificaciones y oprobios.
Milei, ha encontrado la otra punta de la cabuya y se las está devolviendo, en un momento en que la Humanidad ha dicho basta y ha echado a desandar, conduciendo por la Derecha.
Cuando uno, desencantado de todo ve, quienes denigran a Milei, se da cuenta de que ese es nuestro hombre. Allí donde los zurdos se habían declarado gente de acción, nosotros somos gente de reacción.
Trabajamos, producimos, respetamos las leyes y la propiedad, queremos el bien común —gente de bien— y tenemos el convencimiento de que todo cuesta y todo se paga. No somos fans de nadie salvo de Messi -O Cristiano, dice la edición-, la única izquierda que sirve para algo. No es que uno sea devoto incondicional del viejo Liberalismo de Von Hayes o Mises… Es que el Siglo XX se repartió el capital moral de la Humanidad, entre quienes hicieron el Campo de Concentración en Siberia y quienes lo hicieron en Auschwitch.
Milei, ha venido a igualarlos. Y a corregirlos. No es que estemos de acuerdo con Milei, es que le estamos viendo el excusado a todos sus adversarios.
¡Viva la Libertad, Carajo…!