Patty Morales
Santa Clara.- La escasez de combustible paraliza a la central provincia de Villa Clara, y las últimas orientaciones del gobierno provincial terminan por certificar que la ciudad de Santa Clara y todos los municipios adyacentes viven el peor momento de su historia.
La gobernación provincial prohibió la venta de gasolina y petróleo a los particulares en los 13 municipios, lo cual quiere decir que todo aquel que tenga un vehículo propio no tendrá más opción que dejarlo en su parqueo, aunque lo utilice habitualmente para mover a personas de un lugar a otro o para llevar a los más allegados al médico.
Solo los vehículos de las entidades del gobierno, el partido, las empresas y otras instituciones estatales podrán ir a las dependencias de Cupet para echar combustibles.
La situación es tan grave, que la Universidad Central Martha Abreu, por ejemplo, pasará desde mañana a las clases online. Y dicho así no parecería mal, pero vale recordar que la región es víctima de constantes apagones en las últimas semanas, y que la conexión, gracias a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) a veces es inexistente.
Además de todo eso, no hay combustible en las bodegas para la cocción de alimentos, en una provincia en la que solo una parte muy ínfima de la población tiene cuotas de gas.
El alcohol y la luzbrillante no existen, y aunque en algunos municipios han vendido petróleo, en muchos lugares, urbanos incluso, las familias cocinan con carbón, o hasta con leña.
T
odo eso ocurre en la ciudad y la provincia en la cual estuvo en media docena de ocasiones el recién ‘reelecto’ presidente Miguel Díaz Canel, la misma que fue visitada hace una semana por una comisión del Secretariado del Comité Central, para concluir que el trabajo del Partido Comunista en la región cuenta con el respaldo de la población, y que los habitantes de Santa Clara y los otros 12 municipios respaldan el proyecto comunista.
Mientras, y aunque esto no se ha hecho público, el gobierno y la dirección de Partido Comunista en la provincia orientó extremar las medidas preventivas para evitar cualquier tipo de levantamiento popular, protestas o pintadas en las calles.
Según confesó un agente policial a El Vigía de Cuba, los jefes del Minint redujeron los días libres a los miembros del cuerpo, activaron las llamadas brigadas de respuesta rápida y pusieron en alerta a otras fuerzas.
En tanto, los núcleos de jubilados recibieron instrucciones especiales de las direcciones municipales del Partido. Todo con la intención de evitar protestas contra el régimen.
