EL MINISTRO “NOSABENADA”

Oscar Durán

La Habana.- En dictadura, una cosa lleva a la otra y siempre es para mal. Hace dos meses El Vigía de Cuba hablaba sobre Alberto López, actual Ministro de la Industria Alimentaria, quien ejercía en aquel entonces la función de Gobernador en la provincia Villa Clara. El comentario trataba sobre las cuentas que López debía rendir sobre su gestión delante de algún gordito mandado por Miguel Díaz-Canel desde La Habana.

Quizás todas las mentiras dichas en ese momento terminaron por convencer a la cúpula castrista y hoy el hombre es el titular de la Industria Alimentaria. Nada más y nada menos que de la Industria Alimentaria. Nadie sabe los “méritos” de este hombre para llegar ahí, pero en un país donde nada funciona, da lo mismo a quién pusieran en el cargo. Si me hubiesen preguntado a mí, la propuesta de este humilde servidor era Chupetín, un tipo con una pila de seguidores dentro de las redes sociales.

Alberto López no sabe de alimentos y mucho menos de producciones. Tipo bruto donde los haya. Según sus compañeros de aula, era un mediocre en los estudios y no le llegó carrera. Entonces le ofrecieron estudiar en el pedagógico Félix Varela y para allá arrancó. Una vez graduado, ejerció como profesor y Jefe de Cátedra en el politécnico de Manuelita, Fabric Aguilar Noriega. Llegó ahí porque no pudo ir a otro lugar.

“Esto me queda chiquito y voy a hacer carrera lejos, cueste lo que me cueste”, dijo alguna vez. Y ahí lo ven, con su mediocridad espantosa, en el puesto de ministro. Posiblemente ni él mismo se lo cree, pero también está consciente de que no hay más nadie. Si está en ese cargo es porque es un tipo confiable dentro de la dictadura. Los conocimientos son secundarios. Mientras vayas a un acto político y brinques cuando alguien diga “el que no salte es yanqui” y grites “yo soy Fidel” a todo pulmón, es suficiente para seguir escalando como lo hizo el señor López. Si eres comunista, coge nota y no seas bobo. Puede ser que mañana sustituyas a Lazo en la Asamblea. Hazme caso.

Cojan el ejemplo de Albertico, quien, por cierto, hoy está en su tierra natal porque -¿a que no adivinan?- Villa Clara acaba de obtener la condición de provincia Integral del Comercio, la Gastronomía y los Servicios. El tipo empezó por todo lo alto, dando entrever que ese galardón fue fruto de su trabajo como Gobernador”.

Indiscutiblemente somos un país sin solución inmediata. Ahora a Alberto López le darán una casa en La Habana, un carrito bastante moderno para llegar al trabajo y sentarse en una oficina a jugar solitario y vacilar a la Secretaria. De vez en cuando comparecerá en la Mesa Redonda para decir que los mondongos del carnero son muy nutritivos y se está trabajando para repartirlos por cada núcleo familiar.

Durará poco como ministro, anótenlo. Vuelvo y les repito: no sabe nada. Está ahí por confiable. Fuera de eso, está embarcado. Todo el mundo lo sabe, menos él… y Díaz-Canel.