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Por Anette Espinosa
La Habana.- Si en libertad y con trabajo, cuesta sobrevivir en Cuba, imaginémonos lo difícil que debe ser en las prisiones castristas. Ir a una cárcel, por cualquier motivo, es casi una sentencia de muerte, porque en esos recintos no hay comida ni medicinas y los presos pierden peso corporal con una facilidad increíble.
El gobierno comunista y sus hordas asesinas lo saben y se amparan en los temores de la población para mantener el control de las calles, con el respaldo de la policía, los boinas negras y un sistema judicial que da lástima, por su subordinación al gobierno y al partido comunista.
Los chivatos, pagados con pollo y aceite, pululan en las empresas, los barrios, las universidades. Son los encargados de mantener el terror, el miedo a perder la carrera, el trabajo, de recordarte siempre que puedes terminar en una cárcel, con lo que significa eso en un país donde no hay para comer en familia, así que ni imaginar lo que representa hacer una ‘jaba’ para llevar a alguien preso.
Ahora, luego de la aprobación de la Ley de Comunicación, han lanzado a las redes, y a los sistemas de mensajería, una especie de advertencia para incrementar aún más el miedo entre los cubanos. A continuación comparto algunos párrafos para que tengan ideas de hasta dónde ha llegado el castrismo.
«Debido a las circunstancias que vive nuestro país a partir de mañana -no dice cuándo es ese mañana- aparecerán nuevas normas de comunicación regidas por el Tribunal Supremo de Justicia de la República de Cuba: Todas las llamadas serán grabadas; todas las grabaciones de llamadas telefónicas se graban; todos los mensajes y llamadas de Whatsapp quedan grabados; habrá monitoreo de Twitter, monitoreo de Facebook y de todas las redes sociales y foros.
«Dile a los que no saben que en el país comenzará un nuevo orden judicial amparado por el Decreto ley 346, artículo 2607, inciso D que, todos los dispositivos conectados a los sistemas departamentales de la República de Cuba, tienen que: Tener cuidado de no enviar mensajes innecesarios o información que sea contraria a las leyes y la moral. De nuestros órganos de justicia y principios revolucionarios; evitar dar información confidencial a sus amigos y parientes. Cuéntale a tus hijos y sé muy cuidadoso. Es muy importante transmitir este mensaje solo hoy, porque desde mañana ya hay otra forma de vigilancia en el país».
También recuerda que lo envíes a la familia y amigos, porque “cualquier cosa que escribas o digas puede usarse en tu contra, incluso cualquier broma que contenga palabras despectivas e inmorales, o que atenten contra la moral e integridad de nuestro máximo líder Miguel Díaz Canel Bermúdez».
Todo puede parecer una broma, pero no lo es. La dictadura recurre al miedo y estos mensajes constituyen parte de su estrategia para amedrentar a la población, sobre todo porque saben que su principal enemigo son las redes sociales, el sitio en el que los cubanos lo vierten todo y a través de las cuales se enteran de todo lo que sucede en la isla: asesinatos, accidentes, maltrato policial, protestas, y también de la buena vida que se dan los Castro y el grupo cercano.
La idea con la nueva ley mordaza es reducir al silencio a toda la población, para que la única voz que se escuche sea la del oficialismo, como fue siempre, para que los gobernantes puedan hacer y deshacer a su antojo.