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Por Ulises Toirac ()
La Habana.- Una fiebre se ha despertado entre los españoles debido a la promulgación en Cuba de la Ley de Memoria Taína, que busca reconocer la descendencia de algún nativo cubano y rendir tributo a aquellos que, viniendo de otras tierras, tuvieron descendencia juntándose con habitantes originales de Cuba.
«Andan todos locos con el tema de la LMT buscando en las iglesias de las zonas más orientales de Cuba sobre todo.» —declaró a la prensa un funcionario de Registro Civil de la isla que prefirió el anonimato.
«Han hecho grupos de WhatsApp y Telegram para estar al tanto de las experiencias, datos, detalles de las leyes… »- comentó.
«No quiero perderme la posibilidad de irme a vivir a Cuba» —declaró Vicente Arregoitía, un aspirante español a descendiente de taíno—. «Kevin Costner pagó una millonada porque le mostraran un apagón nacional y para los cubanos es absolutamente gratis. ¡Quiero ser cubano YA!» —manifestó eufórico.
Los negocios alrededor del consulado cubano en Madrid están floreciendo gracias a las largas colas de españoles que se producen debido a que ha sido desbordada la capacidad de procesamiento de la entidad.
Según fuentes confiables, la Cancillería del país Antillano ha reclutado funcionarios para enviarlos a Cuba.
Sin embargo no todo marcha bien. «La mujer que organiza esto en el consulado tiene tremendas perras malas pulgas» —declaró un madrileño saliendo de uno de los trámites— «¡tenía que ser española!»
Por otra parte, se ha producido todo un entramado de negocios personales que persiguen agilizar unos trámites que se atrasan extraordinariamente en Cuba debido precisamente a los terribles apagones (en España, claro).
Una sociedad de amistad taíno-castellana está recaudando fondos para instalar una planta fotovoltaica en la Cancillería en La Habana para que no se les trabe el paragua.
La Ley contempla una serie de requisitos para demostrar la descendencia. Pero ha puesto una restricción que no todos pueden cumplir.
Se debe demostrar que, si la descendencia viene a través de una taína, esta no fue forzada a tener sexo.
«No vamos a permitir que la violación de indígenas sea celebrada por esta ley y punto» declaró una fuente oficial.
«No me imagino teniendo la posibilidad de comprar mis víveres en una bodega. ¡Flipo de emoción!» —confesó otra de las entrevistadas.