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Por Rafael Muñoz
Berlín.- No se puede hablar de una «comunidad» cubana en Alemania como la hay en Madrid y mucho menos en Miami. El número de cubanos aquí es un misterio. Pueden ser varios miles pero desde aquella época de la RDA, muchos han optado por irse al sur. Porque si a algo le tiene miedo un cubano es al frio. Miedo no, terror. Por eso en Deutschland, somos pocos los que son.
He compartido más de una hora con un nacional de aquella isla unas 20 veces en dos décadas. De ellas, probablemente la mitad, hayan sido alrededor del día 11 de julio de 2021. No los evito, pero el mundo es amplio, colorido.
Mi contacto con Cuba o cubanos es casi 100 por ciento a través de las redes. Aquí mantengo mi vínculo, me río o doy el berro por la Torre K. Pero mi interacción es casi en su totalidad con gente de fuera. De fuera de Deutschland quiero decir.
Entrar al grupo Cubanos en Deutschland es joderse el día. Gente de poca mollera cuyas preocupaciones se limitan a cómo enviar un televisor durante la pandemia o cómo lograr llevar a su mascota de vacaciones a la isla.
Por eso no hay una comunidad cubana en Deutschland y si la hay, no me van a encontrar en ella.