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Por Jorge Sotero
La Habana.- Qué lejos están en el tiempo aquellos cuatro títulos conseguidos en el Mundial de Atletismo de Atenas 1997 con Ioamnet Quintero, Javier Sotomayor, Iván Pedroso y Ana Fidelia Quirot. Eran los mejores tiempos del deporte cubano, momentos en que los deportistas creían y una parte de la afición los seguía y disfrutaba de sus éxitos.
Pero, desde entonces, el deporte en Cuba fue cuesta abajo, y el campo y pista no fue la excepción. En citas posteriores a los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 la escuadra cubana se agarró a deportistas aislados. Una vez era la jabalinista Osleidys Menéndez, en otras el vallista Dayron Robles. Luego algún lanzador de peso o un saltador ocasional, pero títulos al seguro comenzaron a escasear.
El amigo Oscar Durán lo ve complicado, casi que imposible, que de Budapest vuelvan los cubanos con alguna presea al cuello. Y mucho más que sea de oro, pero no arriesga nada, no hace apuesta alguna, no corre riesgos. Y yo lo emplazo desde acá, sin la intención de que se rasque el bolsillo, porque es padre de tres hijos y tiene que cuidar, además de la suegra y la esposa. Eso sí, si la escuadra cubana regresa con un título, yo le voy a transferir los CUP que nos pasa cada mes doña Helena por trabajar acá.
Ya sé que a él le gustaría que fueran en efectivos, para poder ir a un mercado cualquiera a comprar zanahorias, que son sus vegetales preferidos, pero no los tengo en metálico. Mi fortuna solo es virtual, como virtuales son las aspiraciones de Cuba, porque tocar metal, de verdad, solo lo harán si se van a donde viven otros atletas y les piden las medallas prestadas.
La crisis, quiero aclarar, no es cuestión solo del atletismo. También andan mal el voleibol, el boxeo y ni hablar del béisbol, cada vez más cuesta abajo.
Así que Jorge Luis Aguilera, aquel velocista que hizo historia como parte de la posta corta cubana en Barcelona 1992, puede dormir tranquilo desde su puesto de jefe de la delegación, porque nadie le exigirá si no regresa con medallas. Eso sí, le pedirán cuentas si siguen desertando atletas, algo que sí es muy posible que ocurra.